Caso Clínico
Coinfección por lepra y tuberculosis ganglionar en un adulto
Leprosy and ganglionar tuberculosis coinfection in an adult
Dra. María Elena Tablada
Robinet1* 1Hospital General Docente "Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso", Universidad de Ciencias
Médicas, Santiago de Cuba, Cuba.
*Autor para correspondencia. Correo electrónico: mariae6011@gmail.com
Dra. Haidee Marrero
Rodríguez1
Dra. Natacha López
Pupo1
RESUMEN
Se describe el caso clínico de un paciente de 34 años de edad, quien acudió a consulta
de Dermatología por presentar máculas eritematosas pruriginosas generalizadas. A los 3 meses
con tratamiento específico comenzó a presentar febrículas vespertinas y adenopatías
cervicales dolorosas, por lo que se indicó una baciloscopia en ambos codos y pabellones auriculares, pero
no se halló el Mycobacterium leprae; además se realizó biopsia por aspiración con aguja fina de
un ganglio cervical, cuyo resultado reveló una tuberculosis ganglionar. Finalmente se diagnosticó
una coinfección por lepra y tuberculosis ganglionar, dos enfermedades producidas por el Mycobacterium, cuya coexistencia es rara.
Palabras clave: lepra; tuberculosis ganglionar; tuberculosis extrapulmonar; Mycobacterium; cadenas ganglionares.
ABSTRACT
The case report of a 34 year-old patient is described who came to the Dermatology Service due to disseminated pruritic erythematous stains. After 3 months with specific treatment he began to present evening low fevers and painful cervical adenopathies, reason why a baciloscopy was indicated in both elbows and ear pavilions, but the Mycobacterium leprae was not found; besides aspiration biopsy with fine needle of a cervical ganglion was also carried out, which result revealed a ganglionar tuberculosis. Finally a leprosy and tuberculosis ganglionar coinfection was diagnosed, two diseases emerging due to the Mycobacterium, which coexistence is strange.
Key words: leprosy; Hansen disease; ganglionar tuberculosis; extrapulmonary tuberculosis; lymph node chains.
Recibido: 26/09/2017
Aprobado: 16/06/2018
Introducción
La lepra es una enfermedad granulomatosa de evolución crónica, infecciosa y poco
contagiosa, producida por el Mycobacterium
leprae. Se caracteriza por la presencia de lesiones cutáneas y
en los nervios periféricos, aunque puede afectar otras estructuras, como las mucosas de las
vías respiratorias superiores, los ojos, los músculos, los testículos, el hígado, entre
otros.(1)
Desde la antigüedad ha sido conocida y se le considerado como una entidad mutilante, incurable
y estigmatizante. En el siglo II a.n.e., en Egipto se dio el primer hallazgo de alteración ósea debido
a la lepra. Entre los sinónimos con que se identifica figuran Kusthtka, en la India; lai fon, en
China; mal de Hansen, en honor al descubridor del bacilo, y mal de San lázaro, cuyo origen parece
derivarse del antiguo Hospital de San
Lázaro.(2,3)
En 1961, en Cuba se diagnosticaron 4 500 personas con la enfermedad de Hansen, lo que
determinó que el Ministerio de Salud Pública incluyera un Programa Nacional de Control de la Lepra,
que comenzó en 1962 y se ha ido modificando de acuerdo con los avances en el conocimiento
científico sobre la afección y en el Sistema Nacional de Salud del
país.(4)
En otro orden de ideas, una de las tuberculosis extrapulmonares más frecuentes es la
ganglionar. Los bacilos que provienen de la primoinfección tuberculosa son diseminados por vías
hematógena y linfática a diferentes
órganos.(5) Si el individuo no está inmunocompetente y existen
las condiciones para su reproducción en los ganglios linfáticos se desarrolla este tipo de
tuberculosis. La tuberculosis ganglionar afecta tanto a los ganglios linfáticos superficiales como a los
profundos, donde las cadenas cervicales y mediastínicas, respectivamente, son las más dañadas; pero
también pueden afectarse los demás grupos ganglionares. Las adenitis superficiales son más frecuentes
en el cuello, con 90 % del total, seguidas de las inguinales y las axilares; en tanto, las adenitis
profundas pueden afectar cualquier cadena torácica, abdominal, o ambas. Los ganglios intratorácicos son
los más afectados, los bronquios pueden presentar compresión por el crecimiento de un
ganglio peribronquial, lo que provoca obstrucción parcial o total. Los síntomas generales
suelen manifestarse y son los propios de una afección tuberculosa: astenia, anorexia, afectación del
estado general; no es rara la febrícula o la fiebre elevada, aunque puede no existir.
Entre los estudios complementarios para su diagnóstico es imprescindible una biopsia del
tejido dañado; también puede realizarse la prueba de la tuberculina, que generalmente da positivo
si existe la infección, aunque puede dar negativo en el caso de malnutrición o
inmunodepresión.(4,5)
Cabe señalar que el pronóstico es bueno en lo que se refiere a la sobrevida; sin embargo, si
se producen fístulas que drenan, pueden dar lugar a importantes secuelas cicatrizales
deformantes. El tratamiento es el tradicional. En épocas precedentes se realizaban intervenciones
quirúrgicas para extirpar los ganglios linfáticos tuberculosos; hoy con la quimioterapia se obtienen
mejores resultados.(6,7)
Dado que resulta infrecuente la concomitancia de dichas entidades causadas por
micobacterias, se decidió dar a conocer este caso clínico a la comunidad médica internacional.
Caso clínico
Se describe el caso de un paciente de 34 años de edad, de color de la piel negro, quien acudió
a consulta de Dermatología del Hospital Nacional "Guido Valadares", en Dili, Timor Oriental,
porque desde hacía 15 días aproximadamente había comenzado a presentar manchas rojas por todo
el cuerpo, junto con intensa "picazón". Refirió que no presentaba antecedentes
patológicos personales y familiares.
Se decidió examinarlo físicamente e indicar las pruebas diagnósticas pertinentes.
Examen físico
Fue realizado un minucioso examen dermatoneurológico, cuyos datos relevantes se describen
a continuación:
- Tejido celular subcutáneo: Infiltrado por edema en las manos y los pies.
- Sistema nervioso periférico: Nervios supraorbitarios palpables, nervios
retroauriculares visibles, palpables y engrosados; nervios cubitales, palpables pero no sensibles.
Exámenes complementarios
Se realizaron pruebas complementarias por el presunto diagnóstico de lepra dimorfa:
- Hemoglobina: 10,6 g/L Con estos elementos clínicos y baciloscópicos se determinó la existencia de lepra BL; por lo que
se inició el tratamiento con multidrogas (rifampicina, clofazimina y dapsona) por un año.
- Leucocitos: 8,3 10 g/s, 319 10/L
- Glucemia: 4,8 mmol/L
- Proteína total: 70 g/L
- Gamma glutamil transpeptidasa: 40 U/L
- Transaminasa glutámico-pirúvica: 11 U/L
- Bilirrubina total: 8 umol/L
- Prueba serológica para diagnóstico de sífilis: negativo
- Prueba del virus de la inmunodeficiencia humana: negativo
- Baciloscopia en pabellones auriculares y codos: positivo (presencia de bacilos)
Evolución clínica
A los 3 meses y medio de haber comenzado el tratamiento, el paciente acudió nuevamente a
la consulta por presentar febrículas vespertinas y adenopatías cervicales dolorosas. Al
examinarlo físicamente se observaron los siguientes aspectos clínicos:
- Cuello: En cara lateral derecha del cuello se palparon varias tumoraciones, de
consistencia dura y superficie lisa, muy dolorosas, que se correspondían con adenopatías.
- Piel: Máculas eritematosas, de eritema moderado, diseminadas en la cara, el tronco y
los miembros, con bordes bien definidos, de tamaños variados, superficies lisas y
sensibilidad conservada.
Se indicaron nuevos exámenes complementarios:
- Rayos X de tórax: No presencia de alteraciones pleuropulmonares, ni cardiomegalia.
Con estos resultados se corroboró el diagnóstico de enfermedad de Hansen dimorfa,
concomitante con una tuberculosis ganglionar.
- Ecografía de cuello: En la cara anterior se observó
glándula normal con bordes nítidos;
la cara posterior estaba algo ensanchada, y en la cara lateral, se obtuvieron imágenes múltiples,
la mayor de ellas medía 1,75 x 0,6 cm, que correspondían a posibles abscesos múltiples.
- Biopsia por aspiración con aguja fina de las adenopatías cervicales: Resultados
compatibles con una tuberculosis ganglionar. La coloración de
Ziehl-Neelsen dio positivo.
Se indicaron los s esquemas terapéuticos por etapas, establecidos para tales casos, con lo cual
el paciente ha evolucionado satisfactoriamente hasta la última fecha de su consulta (fig. 2 A-B).
Comentarios
Lo más interesante de este caso clínico es que son dos enfermedades granulomatosas
producidas por micobacterias, que pueden ser erradicadas con tratamientos similares.
Esta coinfección se considera como una condición especial al indicar el
tratamiento correspondiente en ambas entidades. Normalmente se indica rifampicina en pacientes con
lepra, en dosis de 600 mg el primer día de cada mes, pero si además se diagnostica la tuberculosis
se utiliza el esquema terapéutico para ello, asociado al resto del tratamiento
antileproso.(8,9)
A este paciente le correspondió la categoría 1, por ser la primera vez, durante 6 meses: 2 meses
de fase intensiva y 4 meses de fase de continuación. En la primera etapa se utilizaron 4
drogas combinadas: isoniacida, rifampicina, pirazinamida y etambutol, que según el peso del
paciente (53 kg) correspondió a 3 tabletas diarias; en la segunda fase solo se administró la combinación
de rifampicina e isoniacida, hasta terminar los 6 meses de terapéutica.
Referencias bibliográficas
1. Benedek TG. The history of gold therapy for Lepra. J Hist Med Allied Sci. 2014; 59: 50-89.
2. Organización Panamericana de la Salud. Tuberculosis y Lepra en las Américas. Mortalidad
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3. Perner W. Epidemiology of tuberculoses. Atlanta: Centre for Disease Control and
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5. Giménez Arnau MJ. Líneas actuales de la intervención terapéutica en Tuberculosis.
Novartis institute for Tropicals desease (NITD, Singapur). Rev Enfermedades. 2015; 7(4); 175-81.
6. Ministerio de Salud de la República de Haití. Manual de normas del programa nacional de
lucha contra la Tuberculosis. Puerto Príncipe: MSPP; 2013.
7. Gutierrez MC, Brisse S, Brosch R, Fabre M, Omaïs B, Marmiesse M, et al. Ancient origin
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2005 [citado 22/02/2017]; 1(1): 5. Disponible en: http://journals.plos.org/plospathogens/article?id=10.1371/journal.ppat.0010005
8. González E, Armas L, Llanes M J, Borroto S, Sánchez L. Prioridades territoriales para
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Esp Salud Pública. 2002 [citado 22/02/2017]; 76(2):
149-51. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272002000200008
9. Asuquo Out A. Is the directly observed therapy short course (DOTS) an effective strategy
for tuberculosis control in a developing country? Asian Pac J Trop Dis. 2013; 3(3): 227-31.
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