Artículo Original
Características clínico-epidemiológicas de pacientes con diabetes mellitus de tipo 2 en un área de salud
Clinical and epidemiological features of patients with diabetes mellitus type 2 in a health area
Dra. Dania Lilia Cardona
Garbey1*
Dra. Danexy Borges
Carcasés2
Dr. Julio Cesar Cala
Cardona1
Dr. Guillermo Mora
García3
Dr. Armando Rodríguez
Salvá4
1Hospital General Docente "Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso", Universidad de Ciencias
Médicas, Santiago de Cuba, Cuba.
2Hospital General Municipal "Octavio de la Concepción y la Predaja", Baracoa,
Guantánamo, Cuba.
3Dirección Provincial de Salud Pública, Santiago de Cuba, Cuba.
4Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, La Habana, Cuba.
*Autor para la correspondencia. Correo electrónico: daniacardona@infomed.sld.cu
RESUMEN
Se realizó un estudio descriptivo y trasversal, en el 2016, en 350 personas con diabetes mellitus de tipo 2, pertenecientes al Policlínico Docente "Julián Grimau García" del municipio
de Santiago de Cuba y seleccionadas por muestreo probabilístico, bietápico, sistemático en fase,
a fin de caracterizarles según variables clínicas y epidemiológicas. En la casuística
predominaron el sexo femenino y el grupo etario de 60-69 años, así como la hipertensión arterial y la
obesidad entre las comorbilidades; la neuropatía diabética y la enfermedad vascular periférica fueron
las complicaciones referidas con más frecuencia, y primaron las personas diabéticas con 10 años
o menos de tiempo de evolución. El tabaquismo y la ingestión de bebidas alcohólicas
resultaron más frecuentes en los hombres, mientras que la ingestión de bebidas azucaradas y
el sedentarismo se manifestaron de manera similar en ambos sexos. Los hipoglucemiantes
de consumo oral constituyeron el tratamiento farmacológico preponderante, en tanto
los conocimientos sobre la enfermedad resultaron adecuados, pero la conducta fue incorrecta
en cuanto al cumplimiento terapéutico, y existió una pobre práctica de estilos saludables, así
como insuficientes percepción y práctica del autocuidado y la autorresponsabilidad.
Palabras clave: diabetes mellitus de tipo 2; enfermedad crónica no
transmisible; complicaciones de la diabetes; cumplimiento y adherencia al
tratamiento; atención primaria de salud.
ABSTRACT
A descriptive and cross-sectional study was carried out in the 2016 with 350 patients
with diabetes mellitus type 2, belonging to "Julián Grimau García" Teaching Polyclinic of Santiago
de Cuba municipality who were selected through systematic in phase double-staged
probabilistic sampling aimed at characterizing them according to clinical and epidemiological
variables. Female sex and the age group 60-69 prevailed in the case material, as well as the
hypertension and obesity among the comorbilities; diabetic neuropathy and the peripheric vascular
disease were the most common complications referred more frequently, and diabetic patients with
10 years or less of clinical course prevailed. The smoking habit and alcohol consumption
were more frequent in the men, while the consumption of sugared drinks and sedentarism
had similar patterns in both sexes. Hypoglucemics of oral consumption constituted
the predominant pharmacological treatment, while the knowledge on the disease was
appropriate, but the behaviour was not adequate as for the therapeutic fulfillment, and there was a poor practice of healthy styles, as well as scarce perception and practice of self-care and self-responsability.
Key words: diabetes mellitus type 2; non-communicable chronic disease;
diabetes complications; fulfillment and adherence to treatment; primary health care.
Recibido: 19/02/2018 Introducción
La diabetes mellitus de tipo 2 (DM2) es un problema de salud a escala mundial y la
forma predominante de diabetes, pues supone 90 % de los casos, con un notable impacto clínico
y socioeconómico. Resistencia a la acción de la insulina en los tejidos periféricos, sobre todo el músculo y la
grasa, pero también el hígado. Además pueden presentar una lipólisis acelerada en las células grasas, carencia y resistencia a
la hormona incretina, hiperglucagonemia, aumento de la reabsorción tubular renal e
implicación del sistema nervioso central (SNC) en la regulación
metabólica.(1) Métodos
Se realizó un estudio descriptivo y
transversal, con el objetivo de caracterizar a las personas
con diabetes mellitus de tipo 2, pertenecientes al Policlínico Docente "Julián Grimau García"
de Santiago de Cuba, en el 2016. - Primera etapa: De los consultorios de cada Grupo Básico de Trabajo (GBT), se
seleccionaron 7, para un total de 14, que conformaron los conglomerados o unidades.
Aprobado: 10/07/2018
Por otra parte, la patogenia de la DM2 es compleja y consiste en una interacción de
factores genéticos y medioambientales. Se ha comprobado que varios factores medioambientales
son condicionantes importantes en la aparición de la enfermedad, en especial el consumo excesivo
de calorías, que provoca obesidad y un estilo de vida sedentario.
La presentación clínica es
heterogénea y con un intervalo amplio en la edad de inicio, el grado de hiperglucemia y grado de obesidad.
Desde la perspectiva fisiopatológica, todas las personas con DM2 presentan tres
anomalías fundamentales:
Secreción anómala de insulina, principalmente en respuesta al estímulo de glucosa.
Aumento de la producción hepática de glucosa.
Según la Federación Internacional de
Diabetes,(2) en 2015 existían en el orbe
aproximadamente 415 millones de habitantes de 20-79 años con esa afección y se estimaba que 1 de cada 11
adultos la padecían entonces. En el sur y centro de América Latina, incluida Cuba, el número de
personas con diabetes aumentará 65 % para 2040 y sumarán alrededor de 642 millones; pero cada
6 segundos morirá alguna de ellas por esa causa.
En cuanto a la prevalencia de diabetes mellitus en Cuba, cabe señalar que se mantiene su
incremento (principalmente por la diabetes mellitus de tipo 2), debido a las altas tasas de sedentarismo
y aumento de la obesidad.
De acuerdo con el registro de dispensarización, la prevalencia continúa más alta en mujeres
que en hombres y particularmente entre los 60-64 años; tanto es así, que actualmente existen
654 678 personas con diabetes. Desde el año 1960 hasta la fecha la diabetes mellitus se encuentra entre las diez primeras causas de muerte en Cuba, ocupando el octavo lugar en los últimos
años.(3)
De igual forma, según el anuario estadístico de salud en Cuba, la tasa de prevalencia ha
ido elevándose, pues fue de 55,7 en 2014, de 56,7 en 2015 y de 58,3 en 2016 por 1 000
habitantes, siempre con predominio en el sexo femenino en las edades ya referidas. La mortalidad
descendió en el período, con su mayor número en 2014, dado por 2 274 defunciones, seguido por 2 254
en 2015 y 2 247 en 2016.(3, 4)
En Cuba se cuenta con un Programa Nacional de Atención Integral al
Diabético(5) desde 1975, con el propósito de disminuir los efectos de la diabetes mellitus en la población, la mortalidad
prematura, la morbilidad por esa causa, así como la frecuencia y gravedad de las complicaciones agudas
y crónicas que origina, con el fin de mejorar la calidad de la vida de las personas que padecen
dicha enfermedad.
Durante el 2016 se llevó a cabo la implementación de un nuevo manual para el diagnóstico
y tratamiento de las personas con diabetes en el nivel primario de salud en todo el país, dirigido a
la prevención primaria, secundaria y terciaria, a la búsqueda activa de la diabetes mellitus en individuos con riesgo de padecerla, así como al cumplimiento de las normas y los
procedimientos terapéuticos.(6)
Al respecto, la provincia de Santiago de Cuba presentó una tasa de prevalencia de 38,3 por cada
1 000 habitantes en 2013, inferior a la del país (53,7 por cada 1 000 habitantes). A pesar de esto,
el número de defunciones por esa causa fue de 217 (tasa ajustada de 16,2 para Santiago de
Cuba, superior a la nacional, que resultó ser de 11,3 por cada 100 000 habitantes), por lo cual se
impone estudiar las características clínico-epidemiológicas de las personas con diabetes mellitus de tipo 2 en el municipio con mayor afectación, y en este, el área de salud con la menor prevalencia
de diabetes mellitus, como es el caso del Policlínico Docente "Julián Grimau García", con 3,05
% (Dirección Sectorial de Salud. Análisis de la Situación de Salud. Municipio de Santiago de Cuba.
Año 2013).
Sobre la base de los resultados del presente estudio se podrán desarrollar acciones de
prevención específicas en estas personas.
El área de salud de la citada institución abarcaba una población de 42 045 habitantes; de ellos
1 030 padecían diabetes mellitus de tipo 2, lo que representaba 2,4 % de la población total en
el 2014.
Esta investigación formó parte del Proyecto "Reorganización de los servicios de salud de
primera línea. Caracterización de la atención al paciente diabético de tipo 2 en el nivel primario de
atención en dos provincias de Cuba. 20142016", para lo cual se efectuó un muestreo por
conglomerados bietápico y estratificado.
Las áreas de salud constituyeron los estratos y los consultorios de las áreas de salud
los conglomerados; el procedimiento de selección se dividió en 2 etapas, a saber:
- Segunda etapa: De cada consultorio del médico de familia seleccionado se escogieron
de forma aleatoria 25 personas diabéticas de tipo 2 como unidades de análisis, para 350 en total.
En el caso del área de salud de dicho Policlínico quedó de la siguiente forma: GBT 1 con
los consultorios 1, 3, 5, 7, 9, 12, 14 y el GBT 2 los consultorios 17,19, 22, 24, 26, 29 y 31. Aspectos éticos
Para la realización del estudio se contó con la autorización de la Dirección Nacional de
Atención Medica y de Epidemiologia del Ministerio de Salud Pública, así como la Dirección Provincial
y Municipal de Salud, el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología y los
directivos del área de salud. Además se obtuvo el aval del Consejo Científico y la Comisión de Ética del
Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Resultados
En la casuística, 258 de los 350 pacientes, eran féminas, para 73,7 %. La edad mínima fue de
27 años y la máxima de 93, con una media de 63,3±8,2 y una primacía del grupo etario de 60-69
(124 integrantes, para 35,4 %); pero sin diferencias significativas entre ambos sexos. Respecto al
índice de masa corporal (IMC), el promedio fue de 27,38 ±3,5, sin predominio entre los sexos (tabla 1). Más detalladamente, en cuanto a la asociación de comorbilidades (tabla 3), se halló que
primaron los pacientes con hipertensión arterial y obesidad (20,3 %), seguidos de los que
padecían dislipidemia e hipertensión arterial (10,0 %), y dislipidemia, obesidad e hipertensión
arterial (8,0 %); sin embargo, 18,3 % no refirieron afección alguna asociada a la enfermedad de base.
Por otra parte, el riesgo sustancialmente incrementado según la circunferencia abdominal
(fig.) predominó en las féminas con hipertensión arterial no controlada (105, para 55,0 %), en
contraste con solo 18 hombres (32,1 %). Discusión
A partir de la sexta década aparecen muchas enfermedades crónicas que afectan tanto a la
calidad como a la cantidad de vida femenina. Referencias bibliográficas
1. Polonsky KS, Burant CF. Diabetes mellitus de tipo 2. En: Williams Tratado de
Endocrinología. 13 ed. Barcelona: Elsevier; 2017.
Para la selección en cada etapa se usó el muestreo sistemático en fase, utilizando el Epidat 3.1.
Las variables analizadas incluyeron las siguientes: edad, sexo, factores de riesgo
para complicaciones, comorbilidades y complicaciones médicas referidas, color de la piel,
escolaridad, estado civil, ocupación, índice de masa corporal, circunferencia abdominal, promedios de
presión arterial sistólica y diastólica, tiempo de evolución de la diabetes, cumplimiento
terapéutico, tratamiento farmacológico y no farmacológico diario, así como nivel de conocimiento sobre
la enfermedad.
Los datos se recogieron mediante una encuesta elaborada por el Instituto Nacional de
Higiene, Epidemiología y Microbiología, con criterios de expertos, la cual fue validada en el municipio
de Guanabacoa, en el área de salud "Julio Antonio Mella".
Se utilizó la prueba de la
Χ2 de Pearson para calcular la diferencia de medias y la t
de Student para estimar las variables cuantitativas independientes. Se consideraron significativos
los resultados con un nivel de <0,05 y se determinaron las estadísticas descriptivas de todas
las variables incluidas en el estudio (frecuencias y proporciones expresadas en %). Para el
análisis de la variable edad se calcularon la media, la mediana, la moda, el mínimo, el máximo y el rango.
La investigación se sustentó en los principios éticos, resguardando el derecho de los sujetos
a proteger su integridad, registrados en la Declaración de Helsinki de 1964 y en su versión
más actual. Los pacientes expresaron su libre consentimiento de participar en la investigación,
después de ser informados de los objetivos y el método a emplear.
Según la clasificación de la circunferencia abdominal, el riesgo sustancialmente
incrementado mostró una diferencia significativa de las otras categorías, con 303 pacientes (86,6 %), y un
leve incremento en el sexo femenino, con 226 (87,6 %), respecto al masculino, con 77 (83,7 %).
En la casuística primaron las mujeres hipertensas (74,0 %), obesas (44,6 %) y
dislipidémicas (24,0 %), en todos los casos por encima de los hombres (tabla 2).
En la población estudiada (tabla 4), los factores de riesgos asociados a complicaciones,
como ingestión de bebidas azucaradas, sedentarismo y tabaquismo, no presentaron
diferencias sustanciales entre los sexos; mientras que 99 mujeres (38,4 %) y 65 hombres (70,6 %)
consumían bebidas alcohólicas, con diferencias significativas entre ambos sexos.
Las personas con diabetes mellitus de tipo 2 diagnosticada con más de 10 años de
evolución, presentaron el mayor número de complicaciones (108, para 45,0 %), entre las cuales, las
más referidas fueron la neuropatía diabética, en 144 mujeres (55,8 %) y 51 hombres (55,4 %),
ícomo la enfermedad vascular periférica, en 65 y 21 (25,2 y 22,8 %, respectivamente).
En cuanto a los tipos de tratamientos
más usados en la serie, el primer lugar
correspondió a los compuestos hipoglucemiantes de consumo por vía oral en 208 de sus integrantes (59,4
%), seguidos de la terapia nutricional en 78 (22,3 %), la insulina humana en 39 (11,1 %) y
la combinación terapéutica en 25 (7,1 %). El fármaco más utilizado fue la glibenclamida en
152 (43,4 %).
Del total de pacientes, 134 (38,3 %) no cumplían el tratamiento, 116 lo efectuaban de
manera parcial (33,1 %) y 100, totalmente (28,6 %); por lo que 71,4 % de las personas con
diabetes mellitus incumplía el tratamiento de alguna manera.
En relación con el nivel de conocimientos sobre la diabetes mellitus de tipo 2, en 187 de las personas entrevistadas (53,4 %) era alto, en 135 (38,6 %) medio y en 28 (8,0 %) bajo.
Los resultados de esta investigación coincidieron con los datos exhibidos de la provincia de
Santiago de Cuba y de Cuba en el anuario estadístico del año
2016,(3) donde predominó la diabetes mellitus de tipo 2 en personas con más de 60 años y del sexo femenino.
Las principales enfermedades que se deben considerar en esta época de la vida de la mujer son
la obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes mellitus y la enfermedad cardiovascular. El
abrupto descenso de los estrógenos en la menopausia se caracteriza por un aumento de la masa
grasa subcutánea y visceral abdominal sin un cambio proporcional de la actividad física o del
peso corporal total.(7) El resultado es una transición de distribución de grasa de tipo ginecoide a un
tipo androide y un aumento en la masa grasa corporal.
La acumulación de grasa abdominal en las mujeres posmenopáusicas es un factor crítico en
el desarrollo de la resistencia a la insulina que, a su vez, es un factor de riesgo importante para
la progresión a la diabetes mellitus de tipo
2.(7)
Algo más de 75 % de las personas estudiadas se encontraban con sobrepeso (>25
kg/m2) u obesidad (>30
kg/m2). La obesidad constituye un problema de salud y ha sido definido por la
Organización Mundial de la Salud como una enfermedad epidémica, en la que una acumulación anormal o
excesiva de grasa perjudica la salud y el bienestar.
El objetivo inicial del tratamiento de la obesidad es la reducción del porcentaje de grasa
corporal hasta unos niveles en los que mejoren los factores de riesgo asociados, de manera que se
reduzcan las complicaciones y, con ello, mejore la calidad de vida.
Se ha demostrado(8) que un incremento de grasa corporal conlleva un aumento concomitante
de factores de riesgo cardiovascular. El riesgo relativo de diabetes en los varones con un IMC de
35 kg/m2 es 40 veces superior al de aquellos con un IMC de 23
kg/m2. Pequeñas pérdidas de peso
de 5-10 % se corresponden con un mejor control, no solo de parámetros clínicos y metabólicos,
sino también psicológicos; y todo ello sin necesidad de apoyo farmacológico, solo mediante cambios
en el estilo de vida, como las modificaciones dietéticas.
En relación con el perímetro de la cintura, en esta casuística existió un marcado predominio
del sustancialmente incrementado en ambos sexos, aunque ligeramente superior en el caso de
las féminas.
Asimismo, toda vez que la obesidad abdominal condiciona un aumento de leptina,
resistina, interleuquinas 1 y 6, proteína C reactiva, ácidos grasos libres y tono simpático; además
disminuye la adiponectina, todo lo cual da como resultado un aumento de la resistencia a la insulina y esto,
a su vez, el desarrollo de enfermedades asociadas entre las que figuran: disglucemia,
hiperlipidemia, hipertensión arterial sistémica, cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares,
síndromes metabólico y de ovario poliquístico, hígado graso no alcohólico, hiperuricemia y
procesos neoplásicos, entre otros.(9)
Jiménez Acosta et
al(10) encontraron que el mayor porcentaje de féminas tenían valores
perimetrales de la cintura oscilantes entre 70-80 cm, próximos al criterio de riesgo para la adiposidad
central; en tanto la mayoría de los varones se hallaban más lejos de un primer nivel de peligro y
solo aproximadamente 10 % se enmarcaban en esta situación.
En cuanto a las enfermedades asociadas en los pacientes de este estudio, se constató que la
mayoría eran hipertensos, obesos y dislipidémicos; hallazgos similares a los descritos por diversos
autores nacionales(10) y
extranjeros.(11,12)
La hipertensión afecta aproximadamente a 70 % de las personas con
diabetes mellitus (el doble de la proporción que se observa en los sujetos sin diabetes), y existe una asociación gradual
muy pronunciada entre la presión arterial y los resultados cardiovasculares
adversos. El tratamiento de la presión arterial tiene mucha importancia en esta población de alto riesgo por sus
potentes beneficios para evitar complicaciones por enfermedades tanto macrovasculares
como microvasculares.(13)
Las personas con diabetes mellitus de tipo 2 e hipertensas requieren una atención especial.
Ambas enfermedades coexisten a menudo y ello multiplica los riesgos cardiovasculares de cada una.
Por fortuna, los datos procedentes de varios estudios demuestran la protección que proporciona
el control intensivo de la hipertensión arterial, en combinación con el tratamiento de la diabetes
de tipo 2 y de la dislipidemia.
La dislipidemia es un factor patogénico clave en el desarrollo y en la progresión de la
lesión vascular.(8 )
Es primordial determinar en las
personas con diabetes mellitus de tipo 2 el lipidograma en
ayunas, al menos anualmente, a fin de valorar y plantear objetivos terapéuticos con mayor
precisión.(8)
La dislipidemia en personas con diabetes mellitus de tipo 2 se caracteriza por una hipertrigliceridemia (en ayunas y posprandial), un nivel de HDL-c bajo, y niveles normales
o moderadamente elevados de colesterol total y LDL-c. Las partículas de LDL son pequeñas y
densas, con un alto contenido en apoproteína B100 (apo B100) y una mayor capacidad
aterogénica.(1,13,14)
Los resultados de trabajos prospectivos señalan que la reducción de los niveles de lípidos séricos
en las personas con diabetes mellitus, tanto en la prevención primaria como en la secundaria,
se traduce en una reducción significativa del riesgo de episodios cardiovasculares. Estos
hallazgos son concordantes con el análisis del United Kingdom Propective Diabetes Study, en el cual los
niveles de colesterol LDL (LDL-c) fue el principal indicador independiente del riesgo cardiovascular,
lo que demuestra la importancia del óptimo tratamiento de la dislipidemia en personas con
diabetes mellitus.(1,13,14)
Entre otros resultados, cabe citar los obtenidos por Padilla et al,(15) pues un tercio de sus
160 pacientes con DM2 estudiados, eran hipertensos y la mitad presentaban trastornos lipídicos.
Valdés y
Camps,(16) en un estudio de 150 personas con diabetes mellitus de tipo 2, ingresadas en el Centro de Atención al Diabético de Bayamo (provincia de Granma), observaron que 93 de
ellos (62 %) eran ya hipertensos en el momento del diagnóstico y que en 6 (4 %) se detectó
esa condición durante el ingreso.
La diabetes mellitus de tipo 2 duplica el riesgo cardiovascular de presentar infarto agudo
de miocardio, accidente vascular cerebral o enfermedad arterial periférica, donde la
enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte (80 %) en los pacientes con DM2. Sin embargo,
la contribución del control metabólico en forma HbA1c contribuye de forma muy modesta en
este riesgo, no así en otros factores de riesgo cardiovascular, como la presión arterial o el
colesterol, cuyas reducciones se traduce en disminuciones de la mortalidad por esas causas en
estas personas.(17)
Entre los factores de riesgo relacionados con la progresión de complicaciones de la
diabetes, sobresalieron el elevado consumo de bebidas alcohólicas, con primacía en los varones; la
inactividad física en hombres y mujeres, y la ingestión de bebidas azucaradas sin predominio entre los
sexos, lo cual se explica en el número de personas con sobrepeso u obesidad del total de la serie.
El ejercicio es un componente importante del plan terapéutico en personas con
diabetes mellitus, disminuye la glucemia durante y después del ejercicio, aumenta la sensibilidad a la
insulina, disminuye los triglicéridos y el colesterol LDL y aumenta el colesterol HDL, mejora la
hipertensión media moderada, aumenta el gasto energético, contribuye a la
función cardiovascular, y además ofrece mayor sensación de bienestar y calidad de
vida.(14)
Por otra parte, el consumo de tabaco afecta especialmente a las personas con
diabetes mellitus, pues aumenta el riesgo de complicaciones crónicas (microvasculares, macrovasculares
y neuropáticas), tanto en la aparición como en la progresión de estas. También genera aumento
del colesterol total, c-LDL y de la oxidación del c-LDL, de los triglicéridos, de la HbA1c, de la
presión arterial sistólica, de la proteína C reactiva, del fibrinógeno, así como una disminución de la
absorción subcutánea de insulina, del c-HDL y de la vasodilatación (disfunción endotelial), y
genera insulinorresistencia. Por lo tanto, se debe advertir a las personas sobre los riesgos del
tabaquismo y aconsejar e implementar tratamientos para su
cesación.(14)
Mientras las tasas de tabaquismo en los hombres han estado descendiendo en los últimos años,
las correspondientes a las mujeres han ido incrementándose de manera acelerada. En el orbe,
la población femenina fumadora representa 12 % y pudiera llegar a 20 % en 2025; de hecho, en
casi todos los países las féminas fuman menos que los varones, como en Asia, donde la
prevalencia resulta muy baja (4 % en China y Corea) e incluso más aún en territorios árabes, lo cual
contrasta con lo informado en Argentina y Noruega, donde se eleva a casi 33
%.(11, 12)
El consumo de alcohol en personas con diabetes mellitus puede aumentar el riesgo de
hipoglucemia diferida, en especial si se trata con insulina o con secretagogos de insulina. Es aconsejable
la educación y la concienciación sobre el reconocimiento y el tratamiento de la hipoglucemia
diferida. Si los adultos con diabetes mellitus deciden beber alcohol, hay que aconsejarles que lo hagan
con moderación (no más de una bebida al día en mujeres adultas y no más de dos bebidas al día
en hombres adultos).(14,18)
Las personas con diabetes mellitus deben reducir o evitar el consumo de bebidas azucaradas
para bajar el riesgo de ganancia de peso y de empeoramiento del perfil de riesgo
cardiometabólico.(14,18)
Con referencia a las complicaciones provocadas por la
diabetes mellitus, aunque la
neuropatía diabética es la más frecuente y precoz, como en efecto se confirmó en los integrantes de la
muestra estudiada, pues se produce en alrededor de 50 % de los diabéticos después de los 5 años, suele
ser la más tardíamente diagnosticada. Consecuentemente, la evolución clínica de estos pacientes y
la gravedad de ese proceso neuropático se correlacionan con la duración de la enfermedad de base
y el descontrol metabólico.
En países desarrollados, la neuropatía diabética deviene la forma más común de neuropatía y
la causante también de más hospitalizaciones que todas las demás complicaciones
combinadas atribuibles a la diabetes mellitus, así como de 50-75 % de las amputaciones no traumáticas; pero
la principal morbilidad asociada a la primera es la úlcera del pie, precursora de la gangrena y
de pérdida de la extremidad. En conjunto, la neuropatía aumenta el riesgo de amputación 1,7
veces, 12 veces si hay deformidad (consecuencia de la neuropatía en sí misma) y 36 veces si
existen antecedentes de úlcera previa. Cuando la neuropatía autónoma se presenta, la calidad de vida se
ve gravemente afectada, con deterioro importante de las actividades cotidianas, alteración de
las funciones físicas y depresión, mientras que la mortalidad se eleva a 25-50 % en un plazo de 5 a
10 años.(19)
Otra de las complicaciones referidas por las personas con diabetes mellitus de tipo 2 en esta investigación fue la enfermedad vascular periférica, la cual de forma aislada rara vez causa
úlceras. No obstante, esta complicación y los traumatismos menores sí pueden generarlas.
La presencia o ausencia de pulso del dorso del pie o tibial posterior, evaluable en la cabecera
del paciente, es el indicador más sencillo y fiable de isquemia significativa, y por consecuencia de
la existencia de enfermedad vascular periférica.
La lesión menor con ulterior infección eleva la demanda de irrigación más
allá de la capacidad circulatoria, y desarrolla
úlceras isquémicas y riesgo de
amputación.(19)
En cuanto al tratamiento farmacológico, en esta investigación imperó el uso de
hipoglucemiantes por vía oral, con primacía de la glibenclamida. Al respecto, se recomienda que este fármaco no
se indique después de los 65 años de edad y que su uso no exceda un período de cinco años;
sus efectos adversos son hipoglucemia y aumento de
peso.(1,14)
Tamayo et
al(11) buscaron información sobre el perfil de medicación que, de acuerdo con
los registros, venían recibiendo los pacientes participantes en su estudio y hallaron que respecto
al consumo de antidiabéticos por vía oral (ADO), la metformina era utilizada por 74,7 %,
la sulfonilurea por 13,0 % y los inhibidores de la dipeptil-peptidasa 4 (DPP-4) por 28,6 %. Entre
los pacientes con prescripción de insulina se encontró el predominio de insulina basal más ADO
(69 %) y de la vía de administración consistente en el vial más jeringa (53 %).
El diagnóstico certero y temprano de la diabetes mellitus de tipo 2 en los servicios de
salud correspondientes, así como las orientaciones formuladas por los profesionales sanitarios y el
grado de transmisión del conocimiento, son importantes factores que repercuten en el pronóstico y
la eficacia terapéutica en las personas que padecen la enfermedad.
Las principales barreras que impiden la efectividad del tratamiento en las personas con
diabetes mellitus están dadas en el aumento de peso, los cambios de estilos de vida, el uso de
los medicamentos, la presencia de hipoglucemia y el pobre cumplimiento de la terapia
prescrita.(20) Este último aspecto se debe a diversos factores, entre los cuales figuran, en primer lugar,
la complejidad del plan terapéutico, la no mejoría a largo plazo y las reacciones adversas.
Respecto a los conocimientos sobre la
diabetes mellitus de tipo 2, se determinó que más de 50
% de los pacientes entrevistados conocían acerca de la enfermedad que padecía; sin embargo,
ese resultado no se correspondió con el hecho de que la mayoría no cumpliera el tratamiento o solo
lo cumpliera parcialmente.
En resumen, las personas con diabetes mellitus de tipo 2 del área seleccionada poseían
suficiente información sobre su enfermedad, pero el nivel de cumplimiento terapéutico
presentaba insuficiencias, por lo que se observó un pobre empoderamiento de los pacientes hacia una
práctica de estilos saludables, así como insuficientes percepción y práctica del autocuidado y
la autorresponsabilidad.
Asimismo, en el estudio se identificaron las principales características clínico-epidemiológicas
de las personas con diabetes mellitus de tipo 2 seleccionadas en el área de salud del Policlínico
Docente "Julián Grimau", así como de
los principales factores asociados, como
comorbilidades, complicaciones, tiempo de evolución, tratamiento farmacológico, cumplimiento terapéutico y
nivel de conocimiento sobre la enfermedad; y por tanto, de las barreras que pueden interferir en
el control de estos, lo que permitirá desarrollar un plan de intervención más efectivo.
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