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Determinantes sociales y de salud protectores en el ámbito universitario
Health and social determinant protectors in the university environment
Dr. Jorge Coronel Carbo1*
Dra. Nathaly Marzo
Páez1
1Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador.
*Autor para la correspondencia: jorge_coronel_13@hotmail.com
RESUMEN
Se comenta acerca de los determinantes sociales y sanitarios protectores en las instituciones
de educación superior de Latinoamérica, así como también de los factores de riesgo en ese
entorno, a la vez que se mencionan algunas experiencias relacionadas con las universidades promotoras
de la salud en América Latina y el Caribe, donde representan un gran desafío en el contexto
histórico actual.
Palabras clave: determinantes sociales y sanitarios; universidad; promoción de salud;
universidad promotora de la salud; Ecuador.
ABSTRACT
It is a comment on health and social determinants protectors in the higher
education institutions from Latin America; as well as on the risk factors in this environment, at
the same time, some experiences are mentioned in relation to health promoter universities in
Latin America and the Caribbean, which represent a great challenge in the present historical context.
Key words: social and sanitary determinants; university; health promotion; health
promoter universities; Ecuador.
Recibido: 31/05/2018 Introducción
El desarrollo vertiginoso de la sociedad ha venido aparejado al de las universidades
como instituciones encargadas de la formación de profesionales de muy variadas disciplinas. Según
la Real Academia de la Lengua
Española,(1) la universidad es una institución de enseñanza
superior que comprende diversas facultades y confiere los grados académicos correspondientes;
sin embargo, las universidades e instituciones de educación superior son más que eso, puesto
que están llamadas a incorporar de manera directa en su misión, visión o planes estratégicos, el
ideario y los valores de la promoción de la salud, a fin de lograr un desarrollo humano integral y mejorar
la calidad de vida de sus miembros,(2) sobre todo en el
complejo contexto latinoamericano, donde representa un desafío para la eficacia de las políticas públicas, pues las características
demográficas, epidemiológicas, económicas, sanitarias y socioculturales dificultan mucho más la
situación.(3) Entorno estudiantil y universidades promotoras de la salud
Los integrantes del medio universitario, debido a la multiplicidad de cambios físicos,
psicológicos, sociales, culturales y cognoscitivos que experimentan, pueden hallarse más expuestos a
situaciones desfavorables que afecten su bienestar a largo
plazo.(6) Entre esos factores de riesgo figuran,
por ejemplo: determinadas conductas sexuales, consumo de sustancias psicoactivas,
ingestión inadecuada de alimentos, sedentarismo, abuso físico y sexual, accidentes, obesidad y
desnutrición, entre otros,(7) los cuales pueden ser neutralizados por factores protectores como las
relaciones familiares, sociales y escolares positivas, la percepción optimista sobre su futuro, el buen
estado de salud, el compromiso con la institución y el elevado rendimiento académico. Algunas experiencias latinoamericanas
Existen varias e interesantes propuestas de programas de universidades saludables en los
países de
Latinoamérica,(8) a saber:
- Colombia, con el establecimiento de un equipo coordinador compuesto por nodos regionales
y coordinadores de ejes que dirigen las iniciativas, la participación de los estudiantes en
los programas sanitarios, la ejecución de investigaciones sobre el tema, la formación
transversal en promoción de la salud, la realización de congresos nacionales cada dos años y la
intervención en cónclaves internacionales relacionados con la sanidad en el contexto educativo. La Constitución de la
República del Ecuador aprobada en Montecristi en el año 2008, sienta
las bases para el bienestar estudiantil. En términos generales, el bienestar estudiantil busca
mejorar la calidad de vida de los estudiantes, este plus universitario promueve y garantiza la
permanencia de estos en el sistema educativo, algo que contribuye a la inversión social educativa realizada
por el estado Ecuatoriano. Consideraciones finales
De todo lo expuesto se colige que aún resta mucho por hacer y que
lo ideal sería conseguir que todas las universidades de la Región y del mundo se convirtieran en promotoras de la salud, para
lo cual se impone crear un ambiente de aprendizaje constante y una cultura organizacional
que fortalezca el autocuidado, el bienestar colectivo e individual y la sostenibilidad de las
medidas sanitarias en el espacio académico, pues solo así los estudiantes y trabajadores universitarios
podrán desempeñarse y desarrollarse con calidad de vida en su entorno. Referencias bibliográficas
1. Real Academia de la Lengua Española. Universidad. En: Diccionario de la lengua española
(DRAE). 23 ed. Madrid: RAE; 2014.
Aprobado: 09/08/2018
De hecho, en los últimos tiempos se ha conferido gran importancia a la formación integral de
los estudiantes universitarios, que rebasa el academicismo, por cuanto no se trata solamente
de desarrollar en ellos la dimensión cognitiva y las competencias, habilidades y destrezas para
que puedan desempeñarse eficientemente en el ámbito laboral, sino también una preparación
que responda a las demandas actuales del siglo XXI, de manera que va más allá de la
capacitación profesional, aunque la incluye.
A juicio de Orozco,(4) la educación que brinda la universidad es integral en la medida en que
enfoque al educando como una totalidad y no le considere únicamente en su potencial cognoscitivo
o suficiencia para el quehacer técnico o profesional. El contexto de la formación integral es el
de una práctica educativa centrada en la persona y orientada a cualificar su socialización, a fin
de que el estudiante pueda desarrollar su capacidad de servirse autónomamente en el marco de
la sociedad donde vive y comprometerse a su transformación.
En este sentido es muy importante tomar en cuenta los cambios que ocurren en la adolescencia
y adolescencia tardía (marcada por la aparición de trastornos ansiosos o depresivos), pues
según Antúnez y Vinet,(5) pero también otras autoras,(6) quienes ingresan a estudiar una carrera universitaria, atraviesan por una etapa de transición desde la educación escolar hasta la
superior, que les obliga a adaptarse a un entorno nuevo, caracterizado por modificaciones, desafíos y
ajustes, conducentes a la adopción de estilos de vida más independientes, que en algunos casos implican
la salida del hogar familiar, el desarrollo de nuevas relaciones interpersonales y la formación de
hábitos de estudio diferentes de los de la enseñanza media, de modo que enfrentan factores sociales
y sanitarios que inciden sobre ellos.
Por tales razones, los objetivos principales de este artículo se basaron en abordar esa
interesante problemática y ofrecer una información resumida acerca de cómo algunas
universidades latinoamericanas están articulando estrategias y coordinando acciones para minimizar
su incidencia.
Por consiguiente, el bajo aprovechamiento docente suele caracterizar a la mayoría de los
educandos que fuman y beben alcohol, consumen drogas, mantienen malas relaciones con profesores y
amigos, se aíslan socialmente, intentan suicidarse y poseen perjudiciales hábitos alimenticios, entre
otros factores de riesgo; pero también los problemas de salud afectan el rendimiento escolar y
suelen relacionarse con estilos de vida que se han hecho habituales y persisten en el tiempo.
Los proyectos de entornos saludables en América Latina comenzaron a cobrar fuerza a
mediados de la década de los 90, cuando lograron avances significativos vinculados a los escenarios de
ciudades, comunidades, municipios, lugares de trabajo y escuelas; pero a partir de 1996 se
formalizaron redes académicas y profesionales en el ámbito universitario, que impulsaron acciones de
formación de capital humano en promoción y educación para la
salud.(8) También durante ese decenio
se dieron los primeros pasos para legitimarel enfoque de universidades promotoras de la
salud.(9)
En marzo de 2013 se efectuó el VI Congreso Internacional de Universidades Promotoras de
la Salud y la IV Conferencia Puertorriqueña de Salud Pública en San Juan, Puerto Rico, durante
cuyo desarrollo se realizó una sesión especial para consensuar criterios orientadores y evaluar
el proceso de certificación nacional e internacional de las instituciones de educación
superior promotoras de la salud.(8)
Chile, Canadá y México fueron escenarios del I, II y III congresos de universidades por la
salud, donde se establecieron el marco conceptual, las metas y los principios de esa
iniciativa;(2) pero ya en 2009, Costa Rica, México, Argentina, Colombia, Chile, Perú y Ecuador, entre otros
países, presentaron sus experiencias al respecto en el IV Congreso, organizado por la Universidad
Pública de Navarra. Aun cuando el movimiento se expandía, el número de universidades que se unieron
al proyecto en cada país fue muy escaso, pues no superó más de uno. Específicamente en Ecuador,
la Escuela Politécnica de Chimborazo (ESPOCH) se propuso apoyar tan interesante idea e
incorporar estrategias para lograr estilos de vida saludables en las personas que formaran parte de
la comunidad universitaria.(10)
No obstante, la consecución de los fines anteriores ha obligado necesariamente al
cumplimiento de políticas, preceptos y métodos para la promoción sanitaria, toda vez que la formación de
los docentes universitarios en estos temas constituye un factor de éxito, pues son los actores
claves que pueden lograr un enfoque integral de la salud en los centros de educación
superior.(10) De una forma u otra, se requiere un profesorado con conocimientos, habilidades y fórmulas
apropiadas para garantizar resultados certeros en esa
dirección,(8,11) puesto que si bien el aporte de
sus miembros se cataloga como invaluable, necesitan superarse para ejercer una mayor
influencia formativa.
Según Vio y
Lange,(12) la Organización Mundial de la Salud considera que una universidad
promotora de la salud es "aquella que incorpora el fomento de la salud a su proyecto, con el fin de propiciar
el desarrollo humano y mejorar la calidad de vida de quienes allí estudian o trabajan, influyendo
así en entornos laborales y sociales". Ello significa que debe existir una estrecha y dinámica
unión entre laspersonas y el ambiente en el cual se desenvuelven, de manera que la salud y el
entorno constituyan dimensiones necesariamente vinculadas y cercanas entre sí; pero también que
las acciones positivas se encaminen a generar escenarios que produzcan gratificación,
estímulo, seguridad y sensaciones agradables.
Básicamente, además de enfocarse hacia la adquisición de los conocimientos y destrezas en
cada campo profesional, la universidad debe promover en los estudiantes su participación en un
proceso social organizado en torno a problemas relacionados con lo físico, lo natural y lo sano, entre
otras tendencias actuales, pues solo así podrá fortalecer en ellos el desarrollo de las capacidades
requeridas para que adopten importantes decisiones sobre su autocuidado y minimicen los riesgos que
muchos jóvenes de su edad enfrentan.(7)
Partiendo de lo anterior puede decirse que en el contexto universitario pueden recrearse
múltiples formas de aliarse en pro de la salud de sus integrantes, teniendo en cuenta que es el momento
de tender hacia lo saludable y de no esperar a que llegue la enfermedad; por tales razones, incluir
la educación sanitaria como herramienta en el proceso de enseñanza-aprendizaje,
permitiría disponer de métodos e instrumentos novedosos y efectivos, capaces de propiciar
sustanciales avances respecto a cambios de actitudes y prácticas para la vida, puesto que los individuos
bien informados a través de los diferentes medios o espacios de acción de los seres humanos,
tienen mayores posibilidades de optar por aquello que les resulte más beneficioso y ejercer algún
control sobre su propia salud y el ambiente que les rodea, lo cual se resume diciendo que las
personas sanas y mejor preparadas en ese sentido son indispensables para el desarrollo individual y colectivo.
En su artículo sobre universidades saludables,
Becerra(8) cita textualmente lo planteado por Vio
y Lange(12) acerca de que "la salud es construida y vivida por las personas en su ambiente
cotidiano, donde ellas trabajan, aprenden, juegan y aman" para añadir que precisamente por ello,
dichas instituciones tienen una fuerza potencial para influir positivamente sobre sus miembros,
pues son entidades en las que estos pueden incidir en la formación o modificación de sus estilos de
vida, con un gran compromiso ante sí mismos y los demás, a lo cual adicionan que al constituir la
docencia y la investigación las actividades principales en esos altos centros docentes, se facilita
la incorporación del concepto acerca de la salud como una responsabilidad personal y social.
Es evidente entonces que se impone aumentar el nivel de concientización de los
universitarios acerca de las medidas de prevención de condiciones de riesgo, adicciones y malos
hábitos conductuales, a partir de optimizar las estrategias promocionales y didácticas en la
materia,(13) pues aunque la promoción de la salud es fundamentalmente una actividad del ámbito sanitario,
los educandos de niveles superiores pueden apoyarla, viabilizarla y aplicarla en su medio al
asociarla a su proyecto educativo y laboral, de modo que les permita actuar como modelos o promotores
de comportamientos saludables en su entorno estudiantil, en el seno de su familia, en su futuro
centro de trabajo y en la sociedad en general.
- Chile, con la encuesta diagnóstica basada en 3 líneas de desarrollo cardinales: actividad
física, alimentación saludable y entornos saludables (ambientes libres de humo de tabaco y
seguridad personal), además de contar con un programa de salud estudiantil que trabaja las áreas de
la promoción de la salud mental y bucal, la prevención de trastornos cardiovasculares, cáncer
de piel, suicidio, así como consumo de cigarrillos y otras drogas; la sexualidad responsable y
la inclusión de estudiantes con necesidades especiales.
- Cuba, con la constitución de grupos de investigación estudiantil en salud universitaria,
cursos de capacitación y cátedras estudiantiles sobre universidades promotoras de la salud, un
programa integral de salud universitaria y el diseño teórico-metodológico de una guía para las
buenas prácticas en ese sentido, además de encuentros para intercambios de experiencias, entre
otras actividades, incluidas las alianzas y el fortalecimiento de la extensión universitaria en la
atención primaria de salud.
- Puerto Rico, con el programa de calidad de vida, que educa a la comunidad universitaria
en torno al bienestar pleno, la prevención del consumo de alcohol y drogas, la seguridad y el
crimen, el hostigamiento y las agresiones sexuales; todo articulado con el trabajo docente e
investigativo y la participación activa de los estudiantes en los proyectos para la promoción de la salud en
el centro educacional.
- México, con el impulso de la responsabilidad individual y social referente a la salud en
la comunidad universitaria mediante 8 propuestas de programas de educación preventiva,
basados en actividad física, nutrición, salud sexual y reproductiva, salud mental, adicciones, salud
bucal, atención a discapacitados y cuidado del medio ambiente, así como dirigidos al fomento
del autocuidado de la salud de los jóvenes universitarios mediante un nuevo modelo de
atención sanitaria integral en la institución.
- Costa Rica, con la implementación de proyectos de estilos de vida saludables en las
oficinas, ambientes educativos y unidades académicas, entornos libres de humo de tabaco, talleres
de vida, sexualidad y afectividad para estudiantes, campañas de alimentación saludable y ferias
de salud, entre otros. El trabajo está organizado en 6 ejes: gestión sociopolítica, análisis de
la situación de salud, docencia e investigación, educación para la salud, actualización
continua para el equipo de promoción, así como asesoramiento sobre el tema y colaboración.
- Argentina, con talleres de universidades saludables, formación de líderes promotores de
la salud, programas para la prevención de enfermedades y promoción sanitaria "Cuídate
más", así como para evitar el consumo de tabaco, entre otros proyectos.
- Perú, con el fomento de los estilos de vida saludable en alimentación y nutrición,
ambientes libres de humo de tabaco, no venta ni consumo de licores dentro y fuera de la
universidad, cafeterías saludables, desarrollo de asignaturas de cultura física y educación para la
salud, conservación del ambiente, además de concursos de afiches y logos, entre otras iniciativas.
- Ecuador, con guías para precaver el VIH-sida, plan de contingencias para la prevención
de desastres naturales, fortalecimiento de capacidades institucionales en la generación de
entornos saludables, programa de información y educación para la salud mediante la publicación
de boletines, así como proyectos de espacios libres de humo de tabaco, entre otros
objetivos incluidos en el programa de bienestar estudiantil.
Estos programas, proyectos y servicios sociales se focalizan en: salud física y mental,
asuntos deportivos y culturales, programas de salud enfocados en lo preventivo que estimulan el
desarrollo científico y sociocultural, de forma tal que contribuyan a la formación de los estudiantes, lo
que constituye una dimensión integral y de proyección
social.(14)
A pesar de lo expuesto, en la Región no se ha avanzado tanto como se esperaba en esa esfera,
pues las propuestas para garantizar la preparación de los docentes sobre promoción de salud
continúan siendo todavía insuficientes en la educación superior y la universidad ecuatoriana no está libre
de esta carencia, sobre todo porque esa tarea ha sido asignada particularmente a los
departamentos de bienestar
universitarios(10)y no se ha recabado el apoyo directo de los estudiantes y
trabajadores de la institución para llevarla a cabo en su conjunto.
A tales efectos, la subsecretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador ha informado
acerca de la reactivación de la Red Ecuatoriana de Universidades Promotoras de Salud y
Bienestar, conformada por 54 instituciones públicas y privadas del
país, pues según sus propias palabras: "Queremos que la Red de Salud y Bienestar sirva como instrumento de convocatoria, que inserte a otras instituciones en su participación y que, a su vez, forje nuevos proyectos
de investigación, innovación y desarrollo del conocimiento desde la
academia".(15)
En ese mismo marco de referencia, la representante de la Organización Panamericana de la
Salud en la mencionada República ha señalado y reafirmado que como parte de sus
prioridades estratégicas, la Red busca el posicionamiento político, la evaluación de capacidades,
el perfeccionamiento técnico, así como la formación académica y profesional, entre muy
diversas acciones encaminadas a fomentar una cultura orientada por valores y principios asociados a
la promoción sanitaria.(15)
No podría funcionar de otra manera, pues los componentes de un programa de salud
integral dirigido a lograr que un contexto universitario resulte saludable, deben ser complementarios
y sinérgicos.(16)
Sin duda alguna, la alfabetización sanitaria fomenta la participación efectiva en todas las
situaciones relacionadas con la salud, por lo cual el acceso a la educación e información en ese dominio
es crucial para intervenir, desde las universidades, en el cumplimiento de las áreas de acción
propuestas en la Carta de Ottawa: elaboración de una política pública sana, creación de ambientes favorables, reforzamiento de la acción comunitaria, desarrollo de las aptitudes personales y reorientación
de los servicios sanitarios.(17)
En esencia, todo estudiante —sin importar su nivel socioeconómico, religión,
concepciones políticas, etnia o cualquier otra característica— que se encuentre en formación
universitaria debe adquirir, a partir de los diferentes y oportunos procesos de enseñanza, aprendizaje
y evaluación, competencias no solo cognitivas, sino también actitudinales y procedimentales
sobre los determinantes sociales desde el punto de vista
sanitario,(18) como igualmente opinan Acero et al(19) en su estudio sobre el tema.
Finalmente, entender la salud como el resultado coherente y armónico de la interacción entre
el individuo, la sociedad y las condiciones en las que su vida tiene lugar, es premisa
indispensable para la construcción y el logro de un mayor nivel de bienestar que el alcanzado hasta el momento.
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