Creencias acerca del sexo, el género y la masculinidad en adolescentes de distintos niveles de enseñanza

ARTÍCULO ORÍGINAL

 

 

Creencias acerca del sexo, el género y la masculinidad en adolescentes de distintos niveles de enseñanza

 

Beliefs about sex, gender and masculinity in adolescents of different teaching levels

 

 

Dra. Nelsa María Sagaró del Campo y Dra. Alina Moraga Rodríguez

Facultad de Medicina No. 2, Universidad de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba, Cuba.

 

 


RESUMEN

Se realizó un estudio descriptivo y transversal de 300 estudiantes de 16-20 años, pertenecientes a diferentes tipos de enseñanzas del municipio de Santiago de Cuba, a fin de comparar sus criterios acerca de aspectos relacionados con el sexo, el género y la masculinidad, durante el segundo semestre del 2013, para lo cual se confeccionó un cuestionario y se otorgó una puntuación por tema. Hubo un predominio de no respuestas en los varones, con diferencias significativas en el conocimiento por sexo; sin embargo, no ocurrió así en los grupos de las diferentes enseñanzas. El instrumento empleado se pudo validar mediante técnicas multivariables, y permitió demostrar que en el medio estudiado no existían diferencias importantes con respecto a los conocimientos de los adolescentes acerca de estos temas, en cuanto al tipo y nivel de enseñanza de donde provenían.

Palabras clave: adolescente, nivel de enseñanza, sexo, género, masculinidad.


ABSTRACT

A descriptive and cross-sectional study of 300 students between 16-20 years, belonging to different types of teachings from Santiago de Cuba municipality was carried out, in order to compare their criteria on aspects related to sex, gender and masculinity, during the second semester of 2013, for which a questionnaire was made and a value was given by topic. There was a prevalence of no answers in males, with significant differences in the knowledge by sex; however, it didn't happen this way in the groups of the different teachings. The used instrument could be validated by means of a multiple variables technique, and it allowed to demonstrate that in the studied environment there were no important differences about the knowledge of adolescents on these topics, regarding the type and teaching level from which they came.

Key words: adolescent, teaching level, sex, gender, masculinity.


 

 

INTRODUCCIÓN

La biología determina las características funcionales del varón y la hembra; sin embargo, el ambiente y el contexto social establecen los comportamientos de masculinidad y feminidad.1

El sexo se refiere a las características biológicas de la anatomía y el funcionamiento de los sistemas reproductivos femenino y masculino, así como a los caracteres sexuales secundarios determinados por la acción hormonal específica de cada uno. Determina cómo serán tratados socialmente los niños y las niñas por los padres, la familia y la comunidad a la que pertenecen, lo cual varía de una sociedad a otra, de acuerdo con el momento histórico.2

Ahora bien, el género es una categoría dinámica, construida socialmente sobre la base de las diferencias sexuales biológicas, a partir de las cuales se determinan los roles sociales de hombres y mujeres. Le atribuye a ambos sexos características psicológicas, sociales y económicas, así como comportamientos específicos. De esta manera se puede entender que lo masculino y lo femenino son atribuciones biológicas (sexo), así como la masculinidad y la feminidad corresponden a la construcción social (género).2,3

En tal sentido, la masculinidad y la feminidad son construcciones sociales, dependientes de la educación que reciban en la infancia, así como de las influencias a lo largo de su vida. Si los hombres adoptan conductas consideradas femeninas y las mujeres, masculinas, tendrán que enfrentar conflictos en la medida en que la sociedad donde viven los acepte o los rechace.2

La sexualidad tiene una significación amplia que incluye formas de pensar, sentir y actuar de cada persona desde su nacimiento hasta su muerte; la forma en que se ve el mundo y que este ve a las personas, es parte de la personalidad e identidad.4

Algunos autores demuestran con indicadores las desigualdades entre las mujeres y los hombres en aspectos como la salud y sus determinantes socioeconómicos.5 Otros ponen de manifiesto la categoría violencia y su relación con el proceso de construcción de la masculinidad en adolescentes.6

La adolescencia es un constructo occidental moderno, una etapa marcada de matices contradictorios y confusos; periodo de aprendizaje donde el individuo se enfrenta a toda la carga de su medio, el cual incidirá en sus referencias, al sentir, pensar, y querer en su relación con este medio, así como la expresión de su individualidad.7

Todo lo anteriormente expuesto debe ser conocido por los adolescentes, aunque a veces se emplean los términos sexo y género como sinónimos, además de que se asocian una serie de roles a cada género como estigmas sociales y existen tabúes al respecto; por tanto, sería oportuno que tanto los planes de estudio de las enseñanzas preuniversitaria y universitaria como la labor educativa de los profesores apoyaran estos aspectos. Es por ello que se realizó este estudio para conocer las consideraciones acerca del sexo, el género y la masculinidad en adolescentes provenientes de diferentes tipos de enseñanza, así como corroborar si existían diferencias reales en el nivel de conocimientos relacionado con el nivel de enseñanza y el sexo.

 

MÉTODOS

Se realizó un estudio descriptivo y transversal de 300 estudiantes de 16-20 años, pertenecientes a diferentes tipos de enseñanzas del municipio de Santiago de Cuba, a fin de comparar sus criterios acerca de aspectos relacionados con el sexo, el género y la masculinidad, durante el segundo semestre del 2013. Para ello se conformaron 3 grupos de estudio integrados por individuos provenientes de:

- preuniversitario
-
diversas carreras no pertenecientes a las ciencias médicas
-
la carrera de medicina

Se nombraron, por este orden, grupos A, B y C.

En visitas a los preuniversitarios y sedes universitarias del municipio de Santiago de Cuba se seleccionó, a partir de los listados de las secretarías docentes, una muestra aleatoria simple de 100 integrantes para cada uno de los grupos previstos, 50 de cada sexo y que cumplieran con los requisitos de edad y voluntariedad.

Se mantuvo la confidencialidad en cuanto al nombre del sujeto investigado y de su centro de procedencia; solo interesó el grupo de estudio a que pertenecía y el sexo, por cuanto, estos datos no afectaron la validez del estudio.

Para la recolección del dato primario se creó un instrumento único de tipo encuesta con 16 ítems que recogían los aspectos a medir por cada variable, los cuales se agruparon en 5 temas:

     • El sexo y el género
     • El juego y el sexo
     • Los roles de género
     • El género y el trabajo
     • La masculinidad

El encuestado debió reconocer si los ítems eran verdaderos o falsos y argumentar su respuesta. Se otorgó un puntaje por cada tema de acuerdo con una clave de calificación sobre la base de 10 puntos, donde el individuo mejor calificado podía obtener un máximo de 50 puntos. El cuestionario fue aplicado a la totalidad de los estudiantes.

Para el análisis se creó una base de datos en el programa SPSS v 18 portable. Los grupos de estudio se distribuyeron según número y porcentaje de respuestas correctas. Con el total de los puntajes obtenidos por temas se estimó el promedio, así como el error típico de cada grupo; además, se construyeron intervalos de confianza de 95 %.

Luego se compararon los 3 grupos a través de un análisis multivariable de la varianza. Se tomaron como variables de respuesta los puntajes obtenidos en cada tema y se consideraron las 3 poblaciones observadas como niveles del factor, con la idea de realizar posteriormente, si este arrojaba diferencias significativas, un análisis de varianza de un factor, efecto fijo, por cada una de las variables, para detectar las preguntas donde se encontraban las posibles diferencias significativas y aplicar a posteriori la prueba de Sheffé, con vistas a identificar entre qué par de grupos estaban esas diferencias, con 5 % de significación.

La comparación entre ambos sexos se realizó mediante pruebas paramétricas de diferencia de medias en cada una de las 5 variables y de diferencia de proporciones en las tasas de no respuesta, con un nivel de significación de 5 %.

 

RESULTADOS

Se encuestaron 300 individuos con una tasa de 26,0 % de no respuesta, de estos 19,0 % eran del sexo masculino, con edades entre 16 y 20 años. Predominaron los estudiantes de 12 grado o del primer año de la carrera según el grupo.

La figura 1 muestra que los aspectos más identificados por los estudiantes fueron los relacionados con los temas 4 y 5 acerca del género, el trabajo y la masculinidad; excepto en el tema 3 de roles de género, los estudiantes de las ciencias médicas acertaron mayor número de preguntas. En general, se halló un escaso conocimiento de todos los temas abordados por los diferentes grupos, por lo cual no se encontraron diferencias significativas en cuanto al tipo de enseñaza.

Obsérvese en la figura 2 que con respecto al sexo hubo un mayor número de respuestas acertadas por parte de las féminas, excepto en el tema 3 sobre el género y el trabajo.

Las calificaciones promedio en cada pregunta muestran un mayor conocimiento en todos los aspectos indagados en el grupo de estudiantes de medicina; no hubo diferencias significativas entre los adolescentes de las diferentes enseñazas, pero sí entre ambos sexos, pues las mejores respuestas predominaron en las hembras (tabla).

Las barras de error de la figura 3 muestran los intervalos de confianza de 95 % para hembras y varones.

 

DISCUSIÓN

La tasa de no respuesta fue significativamente mayor en los varones, lo cual parece estar relacionado con una mayor indiferencia o temeridad ante estos aspectos, al menos en la etapa de adolescentes.

Entre las argumentaciones de las respuestas dadas pocos estudiantes coincidieron con algunos autores, quienes consideran que la construcción dicotómica de lo masculino y lo femenino marca espacios diferenciados para hombres y mujeres, fija roles, establece comportamientos, así como formas de actuación diferentes para cada sexo.8

De igual manera, tampoco concuerdan con que desde el referente social la cultura atribuye al individuo roles de género según su situación relacional con otros individuos, su edad, entre otras y se denomina a estas asignaciones roles de género asignados.9,10 Los aspectos de masculinidad fueron los más reconocidos en todos los grupos y tienen similitud con lo referido por Hurtado, según Rodríguez et al,6 sobre las rígidas diferencias entre el hombre y la mujer como parte de un sistema de "poder" basado en la supremacía masculina. Se asignan funciones a ambos sobre la base de su sexo donde la mujer es suave, maternal, coqueta, voluble, superficial, sentimental, dependiente; y el hombre es agresivo, conquistador, poderoso, osado, resistente e indoblegable.

Como tanto la masculinidad como la feminidad son construcciones sociales, la adhesión de hombres y mujeres a una o a la otra dependerá, en gran medida, de la educación que reciban en la infancia y de las influencias, a las cuales estén sometidos a lo largo de su vida.11 Estos fueron algunos de los aspectos mejor identificados por los encuestados en este estudio.

También coinciden estos resultados con el estudio de González et al,12 cuyo grupo afirma que masculinidad es hombría, son los elementos o características con las cuales se definen a los hombres, dentro de este concepto no hay espacio para "los hombres que no sean hombres." Ser masculino implica ser seguros, protectores de la familia (los hijos, la esposa, los padres), viriles, estar siempre dispuestos para tener una relación sexual con las mujeres, ser conquistador, no llorar.

Igualmente, Duany et al13 analizaron aspectos sobre la sexualidad y en su grupo de estudio coinciden los conceptos de hombría con los que refirieron los adolescentes de este estudio.

Los hallazgos "algo machistas" de esta serie difieren de los encontrados en una investigación realizada en Alemania sobre la salud masculina, que presenta a los hombres como el sexo débil al enfrentarse muchas veces con el problema de querer cumplir con las exigencias domésticas derivadas de la nueva concepción de la paternidad, unido a las exigencias que le impone la necesidad de alimentar a su familia.14

Muchos de los encuestados entendieron que un alejamiento de la figura masculina durante el primer año de vida puede llevar a la homosexualidad en el varón y, aunque en diversas investigaciones se han examinado las posibles influencias genéticas, hormonales, de desarrollo, sociales y culturales sobre la orientación sexual, los científicos no han encontrado ningún factor en particular que determine esta orientación. Cohen,15 el famoso psicoterapeuta norteamericano, durante su conferencia en el VI Congreso Mundial de las Familias en Madrid explicó que no se nace homosexual, y mostró que no existe evidencia científica de ello.

Finalmente, el análisis multivariable permitió comparar las poblaciones de adolescentes, para lo cual se consideraron simultáneamente todos los ítems de la encuesta y se constató su posible interacción; con ello se pudo validar, además, el instrumento empleado.

Por otra parte, al no hallarse diferencias significativas entre las medias poblacionales tampoco se consideró razonable realizar el análisis de varianza por cada pregunta, pues podrían encontrarse falsos positivos, o sea, diferencias no reales, como se aprecia en la simple exploración de los datos.

Con la aplicación del análisis multivariable de la varianza se demostró que no existieron diferencias importantes en los conocimientos de los adolescentes acerca de los conceptos de sexo, género y masculinidad en relación con el tipo y nivel de enseñanza de donde provenían, lo cual pudiera deberse a que los conocimientos fundamentales no se adquieren, al menos a esta edad, a través de los centros de enseñanza universitarios ni preuniversitarios, sino por los medios de difusión u otros diferentes a la escuela; resultados similares encontraron estos autores en otra investigación en torno a los conocimientos acerca del VIH/sida.16

Tal como se ha visto, las hembras obtuvieron puntuaciones significativamente superiores a los varones, lo cual permitió afirmar que estaban mejor preparadas para enfrentar estos temas; las causas de este hecho se hallan fuera del alcance de esta investigación, pero sin lugar a dudas, no es la escuela la que interviene en estas diferencias, pues en las aulas de este país son atendidos por igual ambos sexos.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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12.González Hernández A, Castellanos Simons B. Sexualidad y Género. Alternativas para su educación ante los retos del siglo XXI. La Habana: Editorial Científico-Técnica; 2003.

13.Duany Navarro A, Hernández Marín G. Alcohol, función sexual y masculinidad. Rev Cubana Med Gen Integr. 2012 [citado 9 mar 2014]; 28(4).  Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php? script=sci_arttext&pid=S0864-21252012000400005

14.Estudio muestra a los hombres como el \"sexo débil\" en materia de salud. 2010. [citado 9 mar 2014]. Disponible en: http://boletinaldia.sld.cu/aldia/2010/10/31/estudio -muestra-a-los-hombres-como-el-sexo-debil-en-materia-de-salud/

15.Cohen R. No se nace homosexual. 2012. [citado 9 mar 2014]. Disponible en: http://www.yoinfluyo.com/yi20/int-familia/sexualidad/1045-no-se-nace-homosexual-richard -cohen

16.Sagaró del Campo N, Gómez Dorado M, Moraga Rodríguez A, García Mederos Y. Conocimiento acerca del VIH/sida en adolescentes de distintos niveles de enseñanza. MEDISAN. 2014 [citado 2 Sept 2014];18(8). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol18_8_14/san11188.pdf

 

 

Recibido: 30 de marzo de 2015.
Aprobado: 21 de septiembre de 2015.

 

 

Nelsa María Sagaró del Campo. Facultad de Medicina No.2, Universidad de Ciencias Médicas, kilómetro 2½ y autopista, carretera de El Caney, Santiago de Cuba, Cuba. Correo electrónico: nsagaro@medired.scu.sld.cu



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