ARTÍCULO ORIGINAL
Secuelas psicosociales más frecuentes en adolescentes de padres divorciados
Most frequent psychosocial sequels in adolescents from divorced parents
MsC. Juan Luis Cobas Pérez,I Dra.C.P. Odalis Querts Méndez,I Dr. Ángel García Gascón,I MsC. Annia Yolanda del Toro AñelI y MsC. Raiza Agüero MarténII
I Facultad de Ciencias Médicas No. 2, Santiago de Cuba, Cuba.
II Banco de Sangre "Renato Guitart Rosell", Santiago de Cuba, Cuba.
RESUMEN
Se realizó un estudio descriptivo y transversal de 80 adolescentes -- hijos de padres divorciados --, quienes residían en el reparto Santa Bárbara del municipio de Santiago de Cuba, desde julio del 2014 hasta enero del 2015, con vistas a determinar las principales secuelas psicosociales presentes en ellos, para lo cual se les aplicó una encuesta y la información obtenida fue procesada estadísticamente a través del cálculo porcentual y la prueba de independencia de la Χ2. Pudo concluirse que las secuelas más frecuentes fueran el bajo nivel académico en el ámbito psicosocial, con primacía en el sexo femenino, y el miedo o temor en el plano psicoafectivo, que mostró un menor número de afectados.
Palabras clave: adolescente, secuelas psicosociales, nivel académico, padres divorciados.
ABSTRACT
A descriptive and cross-sectional study of 80 adolescents -- from divorced parents -- who lived in Santa Bárbara neighbourhood in Santiago de Cuba municipality, was carried out from July, 2014 to January, 2015, with the aim of determining the main psychosocial sequels in them, reason why a survey was applied to them and the obtained information was statistically processed through the percentage calculation and the independence Chi squared test. It could be concluded that the most frequent sequels were the academic low-level in the psychosocial environment, with predominance in the female sex, and the fear or fright in the psychoaffective field that showed a lower number of affected adolescents.
Key words: adolescent, psychosocial sequels, academic level, divorced parents.
INTRODUCCIÓN
Según se ha señalado,1 de cada 10 parejas que han vivido juntos al menos 6 meses, se separan 3 o 4, lo cual muestra una tendencia creciente; además se calcula que 25 % de las parejas se separan antes de cumplir los 30 años de edad.
En México, Colombia, República Dominicana y Cuba, por mencionar algunos países, las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, indican que los matrimonios se han reducido en las últimas 5 décadas, de 7,0 en 1970 a 6,6 en el 2001, por cada 1 000 habitantes; mientras que la relación de divorcios por cada 100 matrimonios ha aumentado de 3,2 en 1970 a 8,6 en el 2001. Es decir, a medida que los matrimonios disminuyen, los divorcios aumentan.2,3
Los estudiosos del tema3-5 plantean que este fenómeno social se asocia frecuentemente a factores emocionales, como el estrés psicológico, esencialmente relacionados con el desarrollo científico-técnico, donde a grosso modo los más afectados son los hijos, sobre todo los adolescentes, lo cual desencadena la aparición de secuelas psicosociales, que a la larga traerán como resultado trastornos de la personalidad en la vida adulta y, con ello, impactos negativos en el ámbito social, tales como malas relaciones interpersonales, incluso con miembros de la propia familia, problemas laborales, desamor al trabajo, presencia de hábitos tóxicos e incurrimiento de actos delictivos, por citar algunos de los ejemplos más frecuentes.
Sin embargo, es curioso el cambio que ocurre en la relación padres e hijos, donde acontece una fuerte alianza con un determinado progenitor en contra del otro.6 Todo lo señalado anteriormente, motivó a realizar el presente trabajo.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo y transversal de 80 adolescentes (en las edades de 14 a 17 años), hijos de padres divorciados y procedentes del reparto Santa Bárbara, en el municipio de Santiago de Cuba, durante el periodo de julio del 2014 a enero del 2015, con vistas a determinar las principales secuelas psicosociales existentes en algunos de ellos. La muestra fue escogida de manera aleatoria, con una misma cantidad de féminas y varones para evitar sesgos en la investigación.
A cada participante se le aplicó una encuesta, a fin de obtener la información necesaria, que posteriormente fue procesada estadísticamente, con el empleo de números completos y porcentajes como medidas de resumen, y la aplicación de la prueba de independencia de la Χ2 para comprobar la posible relación entre ciertas variables, que se confirmó si p<0,05.
RESULTADOS
En la tabla 1 se muestra que entre los adolescentes predominó el bajo rendimiento académico (con 40 de ellos, para 50,0 %).
Asimismo la disminución del rendimiento académico primó en las féminas, con 29, para 55,7 %, al igual que la inestabilidad escolar y el miedo, con 27,7 y 9,0 % de ellas, respectivamente (tabla 2).
DISCUSIÓN
Entre las secuelas psicosociales presentes en los adolescentes de padres divorciados, resultó más frecuente el bajo rendimiento académico. Este suceso pudiera explicarse fundamentalmente en la inestabilidad escolar, manifestada por la ausencia a la escuela, las llegadas tarde, las fugas de la escuela, la deserción a turnos de clase y la prioridad de otras actividades debido a la falta de motivación. Estos hallazgos concordaron con lo expuesto por Poussin y Martin.6
Por otro lado, aunque no de una forma relevante, en la esfera psicoafectiva se observó un leve predominio del miedo en los integrantes de la serie. Los adolescentes son muy susceptibles y a veces los padres los catalogan como hombres y mujeres para determinadas actividades y como niños para otras.6
De manera general los adolescentes son capaces de notar y, en numerosas ocasiones, escuchar y observar los conflictos de los padres, sus discusiones, a veces con palabras obscenas, e incluso la violencia física. Estas situaciones los llevan frecuentemente a preocupaciones, miedo, depresión, ansiedad y, en algunos momentos, agresividad. Muchos jóvenes meditan en las posibles soluciones a estas situaciones, que en lejos de resolver el problema, tienden a agravarlo, pues en la mayoría de los casos aparecen los denominados chantajes emocionales. En este sentido se deduce que los jóvenes le prestan más atención al asunto y no enfocan su atención en el contenido escolar; se sienten desmotivados y pierden la atención voluntaria, lo cual influye de manera sustancial en la esfera cognitiva, alterando el proceso de memoria y aprendizaje, en este orden.5,6
En la casuística las féminas mostraron una primacía de bajo rendimiento escolar, lo que concordó con los datos de los estudios de Vangyseghem y Appelboom7 y Block et al.8 Aunque no con tanta frecuencia como en la variable anterior, también existió un mayor número de muchachas con depresión, miedo y ansiedad. Las mujeres, por su naturaleza, tienden a experimentar estos tipos de estado de ánimo y, a la vez, consultan y comentan sus situaciones con otras personas. Se ha demostrado que cuando las adolescentes poseen alguna preocupación, disminuyen su nivel de atención y se enajenan en un círculo vicioso, donde solo les preocupa e interesa cómo resolver el problema, mientras dan de lado a otras dificultades también importantes.9,10
Para dar por concluido, resulta conveniente señalar que el tema abordado en este trabajo es recalcado día a día, a través de los medios de difusión y en campañas de promoción para la salud, con el propósito de preparar hombres y mujeres aptos para enfrentar de modo positivo cualquier dificultad en la vida.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Sánchez-Sosa JJ, Hernández Guzmán L, Romero L. Predictores psicosociales del fracaso conyugal: Un estudio exploratorio. Archivos Hispanoamericanos de Sexología. 1997; 3: 125-36.
2. Gratz K, Roemer L. The relationship between emotion dysregulation and deliberate self-harm among female undergraduate students at an urban commuter university. Cogn Behav Ther. 2008; 37(1): 14-25.
3. Rieffe C, Oosterveld P, Miers AC, Meerum Terwogt M, Ly V. Emotion awareness and internalising symptoms in children and adolescents: the Emotion Awareness Questionnaire revised. Personality and Individual Differences. 2008; 45(8): 756-61.
4. DiBartolo PM, Grills AE. Who is best at predicting children's anxiety in response to a social evaluative task? A comparison of child, parent and teacher reports. J Anxiety Disord. 2006; 20(5): 630-45.
5. Shulman S, Sharf M, Lumer D, Maurer O. Parental divorce and young adult children´s romantic relationships: resolution of the divorce experience. Am J Orthopsychiatry. 2001; 71(4): 473- 8.
6. Poussin G, Martin-Lebrun E. Los hijos del divorcio. Psicología del niño y separación parental. Sevilla: Editorial Trillas; 2005.
7. Vangyseghem S, Appelboom J. Psychological repercussions of parental divorce on child. Rev Med Brux. 2004; 25(5): 442-8.
8. Block J, Block JH, Gierde PF. Parental functioning and the home environment
in families of divorce: prospective and concurrent analyses. J Am Acad Child
Adolesc Psychiatric. 1988;
27(2): 207-13.
9. Bloom BL, Asher SJ, White SW. Marital disruption as a stressor: a review and analysis. Psychol Bull. 1978; 85(4): 867-94.
10. Parke RD. Father involvement: A developmental psychology perspective. Marriage and Family Review. 2000; 29(2-3): 43-58.
Recibido: 6 de mayo de 2015.
Aprobado: 13 de agosto de 2015.
Juan Luis Cobas Pérez. Facultad de Ciencias Médicas No. 2, avenida Cebreco, km
1½, reparto Pastorita, Santiago de Cuba, Cuba. Correo electrónico:odalis@medired.scu.sld.cu
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.