COMENTARIOS
Gestión social del conocimiento y análisis prospectivo de su incidencia en la universidad contemporánea
Social management of knowledge and prospective analysis of its incidence in the contemporary university
MsC. Luis Alberto Montoya Acosta, MsC. Diana Arenas Botero y MsC. Susana Di Lorenzo Arias
Universidad de Guayaquil, Ecuador
RESUMEN
La gestión del conocimiento es una de las funciones sustantivas de las instituciones de la educación superior, es la misión social, la razón de ser que tienen las diferentes instituciones, por medio de la cual logran difundir sus conocimientos y contribuir con el desarrollo socio productivo y cultural de la colectividad. El propósito del presente artículo es analizar la necesidad de la endogenización de las funciones sustantivas; la gestión del conocimiento, la academia y la investigación, en relación con la gestión del conocimiento dentro de las universidades. El vínculo universidad-sociedad, es uno de los puntos que demuestran la pertinencia de la gestión del conocimiento, al incidir de manera positiva en el desarrollo socio-económico del país y en el logro del bienestar humano establecido dentro del Plan del Buen Vivir, al poner en práctica la inclusión, socialización y democratización de la educación.
Palabras clave: gestión del conocimiento, relevancia, endogenización, academia, investigación.
ABSTRACT
Knowledge management is one of the substantive roles of the higher education institutions, it is the social mission, the reason for the existence of the different institutions through which the spread of knowledge and contribution to the social, productive and cultural development of the community are achieved. The purpose of the present work is to analyze the need of endogenization of substantive roles such as knowledge management, the academy and the research in relation to the relevance of knowledge management in universities. The university-society link is one of the points that shows the knowledge management relevance that positively influences on the country's social and economic development and reaches the welfare of the human being established in the Good Living Plan, as it implements inclusion, socialization as well as democratization of education.
Key words: knowledge management, relevance, endogenization, academy, research.
INTRODUCCIÓN
Actualmente la gestión del conocimiento es uno de los tres ejes sustantivos de diversas universidades, que permite a las mismas cumplir con el propósito de poner al servicio de la sociedad todos sus conocimientos, siendo de esta forma un cimiento dentro de la evolución socio-productiva de la comunidad. Su objetivo primordial es crear, modelar, difundir y compartir los conocimientos como una fuente organizada, que permita ejercitar los procesos y a la vez, lograr que las instituciones de educación superior sean competitivas en el medio donde se desenvuelvan.
Para un adecuado tratamiento de este tema, es necesario especificar la relación que existe entre el eje académico, investigativo y la gestión del conocimiento. El vínculo universidad-sociedad, es uno de los puntos que demuestran la pertinencia de la universidad y su entorno, al incidir de manera positiva en el desarrollo del país y en la búsqueda de la solución de diferentes problemas de la población vulnerable.
En la actualidad, la gestión del conocimiento representa la oportunidad con la que cuentan los profesionales universitarios para poner en práctica la adquisición de estos, y a la vez cumplir con una responsabilidad social por medio de la puesta en marcha de los proyectos vinculados con la comunidad, para satisfacer necesidades específicas en los diferentes campos de una población vulnerable y así cumplir con la misión de las instituciones superiores de participar en el desarrollo científico, cultural, social y económico de la población.
Por medio de la gestión del conocimiento la universidad permite a los futuros profesionales, y a sus docentes realizar la transferencia de estos durante el periodo de formación, al presentar ante el público en general el trabajo que realiza la universidad y por otra parte desarrollar la formación intrauniversitaria con un sentido práctico y social, e implementar diferentes programas y proyectos con confirmen la satisfacción de las necesidades de la sociedad, al inculcar ética, responsabilidad y respeto como valores transversales que les permitan responder como profesionales de éxito y de manera asertiva.
La gestión del conocimiento incide de forma fundamental en el desempeño académico, de los estudiantes y docentes de las instituciones superiores, pues logra articular en forma didáctica el desempeño pedagógico mediante el proceso de planificación, interacción y evaluación de sus ejercicios vinculantes. Es así que uno de sus departamentos tiene como tarea fundamental la formación continua y transferencia de conocimientos, dirigidos a la capacitación de la comunidad universitaria.
La relación de la gestión del conocimiento en la función sustantiva de la investigación se establece por la necesidad de crear programas estructurados, sustentables y desarrollados por la academia y es allí donde el eje de la investigación participa en forma integrada con proyectos que contribuyen a la solución de problemas reales.
La presente investigación presenta un análisis bibliográfico y exhaustivo de investigaciones de diferentes autores que demuestra la relevancia de la gestión del conocimiento tanto para la comunidad como para los integrantes de la universidad.
EL CAMINO RECORRIDO POR LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO
La función de la gestión del conocimiento dentro de las instituciones de educación superior (IES), es un punto controversial en el desarrollo académico, investigativo, cultural y social de las mismas; es allí donde el análisis sobre la crisis del pensamiento y la producción del conocimiento forman dos aristas fundamentales dentro de la endogenización de las funciones sustantivas de las universidades.
El proceso de endogenización del conocimiento, acorde con el desarrollo histórico y contextual de las universidades, se convierte hoy en día, en una vía imprescindible para el desarrollo identitario institucional de las IES, que con responsabilidad social, están orientadas a encontrar nuevas y diversas alternativas de investigación y de comunicación de sus resultados científicos desde el interior de las instituciones, en un proceso de retroalimentación constante entre lo identitario y lo universal para generar verdaderos procesos de crecimiento endógeno.1
El conocimiento es una mezcla fluida de experiencia estructurada, valores, información contextual e internacionalización de la experiencia que proporciona un marco para la evaluación de nuevas prácticas e información.2 De ahí la importancia de crear saberes propios a través de nuestra naturaleza, de una realidad palpable de las necesidades, con una visión de futuro, que busca innovar y transformar conocimientos caducos en nuevos paradigmas que nazcan de manera endógena dentro de la universidad.
El conocimiento constituye un capital intelectual específico de cada persona. Se adquiere, interpreta, aplica y mantiene en continuo proceso de cambio y evolución en el interior de cada persona. Sólo llega a ser útil y aplicarse cuando se comparte y se trabaja en grupo.
De esta manera se puede establecer, que el conocimiento es la construcción de saberes en una situación determinada que tiene valor de acuerdo con su utilidad y validez, al satisfacer las necesidades dentro de una sociedad.3
Las organizaciones, que se desarrollan dentro del entorno social, deben responder adecuadamente a los estímulos de dicho entorno y por lo tanto deberá acoplarse su proceder en la sociedad del conocimiento. Las organizaciones y la academia han desarrollado herramientas que les permiten controlar, hacer seguimiento y aprovechar los recursos con los que cuentan. En el caso del conocimiento, la herramienta que permite hacer dicho seguimiento, control y aprovechamiento es la gestión del conocimiento.4
El concepto de gestión del conocimiento aparece en la década de los 80, dirigido a la búsqueda de la calidad, la innovación y la organización de los procesos resultantes de las actividades de las instituciones, cuyo objetivo primordial era que todo conocimiento generado debía ser compartido y difundido en servicio de la organización.
De esta manera, las universidades públicas de América Latina, asumieron la decadencia de la racionalidad científica técnica, que comenzó a ser una realidad debatida entre los académicos de finales del siglo XX; el dilema que predominaba era producir conocimiento desde las ciencias o generar nuevos paradigmas. En los inicios del siglo XXI, la situación no parece haber variado mucho, ya no se trata de producir conocimiento, sino de gestionarlo, teniendo en cuenta los cambios del entorno, y comprometidos con la capacidad de cambios externo e interno, en que la disciplina, el esfuerzo y el pensamiento son relevantes en la producción de conocimiento. 5
Ahora bien, el dilema en cuanto a producir conocimiento desde la ciencia, o generar nuevos paradigmas, cuestiona la concepción tradicional de la gestión del conocimiento, para crear vías más flexibles y novedosas. Se plantea un cambio, cuyo fundamento se enraíza en la inter y transdisciplinariedad como cimiento epistemológico, y su objetivo es la búsqueda de sentido para el desarrollo humano y social.
Es oportuno señalar que la gestión del conocimiento se debe orientar hacia la clasificación, almacenamiento y transferencia de estos a su entorno, ya que potencia el capital intelectual y genera competitividad en la institución, al hacer que estos conocimientos sean para el uso de los actores sociales de la organización universitaria y reescritos de acuerdo con los cambios contextuales, por lo que la organización tendrá que ser proactiva y pensar en el futuro.
LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR Y LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO
El contexto de este debate en torno a la realidad sobre el futuro de la universidad dentro del nuevo proceso de transformación, así como el aumento de las investigaciones científicas, el avance tecnológico que difunde conocimientos y el acceso a los centros de educación superior, y por otra parte los nuevos formatos para acreditación, evaluaciones de las universidades y las nuevas relaciones que emergen de estos centros con la sociedad, conllevan a los docentes a asumir el reto de renovación, pero para lograrlo se deben cambiar concepciones, paradigmas y autonomías articuladas, en gran medida, a modelos enciclopedistas o a procesos lógicos impuestos por el mercado.
Una vía para hacer efectiva esta transformación desde la universidad es mediante la gestión del conocimiento; como se ha comprobado en las universidades a lo largo del tiempo, la producción de estos ha sido un pilar para la sociedad y la generación de nuevos retos en el ámbito científico.
De esta manera, diferentes universidades a nivel mundial comienzan a utilizar el término de gestión del conocimiento, en relación con sus actividades de servicio y vinculación con la comunidad. Es por ello, que las instituciones de educación superior (IES), para fortalecer sus procesos, elaboran programas de vinculación que inserten en la sociedad profesionales capaces con un gran sentido de servicio para su entorno en general y compromiso social; se crean así políticas públicas con diferentes estrategias para cumplir con el propósito de obtener beneficios reales, dirigidas a potenciar el desarrollo socio-económico del país. Para esto se incentiva la vinculación efectiva entre universidades, centros de producción, centros de desarrollo científico, el estado y la sociedad en pro de un desarrollo dentro de la misma institución universitaria.
Por otra parte, en el contexto de la globalización, la integración de la universidad, con los sectores productivos, el estado y la sociedad, es de vital importancia dentro de los proyectos de desarrollo socioeconómico, al transformar el conocimiento en un factor básico dentro de las estrategias de elaboración de programas educativos para el cumplimiento de sus propósitos.
En la actualidad la universidad afronta singulares desafíos para ser socialmente útil desde nuevas coordenadas tales como: ser una universidad centrada en los contenidos, actitudes y valores, que busque de forma equilibrada la excelencia especializada y una formación humanista de alto valor, forme ciudadanos profesionales, al fomentar y desarrollar principios éticos, valores sociales y solidarios, en la que los parámetros de excelencia, debate, investigación y juicio crítico sean aplicados al compromiso comunitario con igual rigor al que se espera en otras esferas de la actividad universitaria, que sea capaz de ver las necesidades de la sociedad en su conjunto y dar solución a sus problemas, contribuya con bien colectivo, la construcción social y el desarrollo humano, que forme ciudadanos participativos y que se involucre en actividades cívicas relevantes en las comunidades a las que sirve y en el ámbito internacional.6
Solo una universidad que se fortalezca adecuadamente a través de procedimientos organizativos del trabajo y de la capacidad de innovación de los mejores profesionales y que consiga crear el foro adecuado de interrelación con las empresas, instituciones y personas de su entorno, puede asegurar su futuro y mantener una ventaja competitiva sostenible.7 De esta manera, el conocimiento y su transmisión se ha convertido en un soporte con el que cuentan las instituciones de educación superior al formar profesionales competentes, no sólo en la parte académica sino también en la integral, que le permita salir a la sociedad y competir con los diferentes profesionales de otras universidades.
Desde esta premisa, las universidades hoy en día tienen entre otros desafíos desarrollar la capacidad para adaptarse con rapidez a las demandas y necesidades de su entorno, desde la inter y la transdisciplinariedad en la gestión del conocimiento, pues propician su sustentabilidad.
La sustentabilidad del conocimiento es concebida como un desafío para las universidades, ya que da respuesta ante las causas de la crisis de recursos, las desigualdades del desarrollo económico, la distribución social de los costos ecológicos y da cuenta de las nuevas estrategias de aprovechamiento y explotación de los recursos. En realidad, estas universidades tienen la oportunidad de atender a los desafíos que plantea el entorno socio-productivo, al generar un conocimiento ya no de forma estereotipada, en el que no es posible el libre pensamiento, el cuestionamiento y la reflexión. Por el contrario, la praxis estaría marcada por una concepción de inter y transdisciplinariedad en la gestión del conocimiento.
El saber no consiste en el conocimiento fragmentado; por el contrario, se trata de explicar y comprender la realidad desde distintas ópticas, integrándolas, ya que se rebasa la disciplina en sí, para dar respuesta a la problemática o la situación observada, que no puede conocerse desde un enfoque único.5
Si todo es sistémico y estrictamente cohesionado, entonces toda esa práctica implica una recreación en la gestión del conocimiento de acuerdo con la relación de lo cotidiano con el surgimiento de la historia ello implica una nueva manera de conocer, valorar e interpretar el mundo, y conlleva a una transformación de nuestro modo de descifrar lo "real", sin lugar a dudas un cambio de paradigma: el uso del pensamiento divergente, la discrepancia razonada, la oposición lógica, la crítica fundada.8 Es así que el entorno incide de manera fundamental en las nuevas dimensiones y proyecciones de la educación superior, en función de la innovación, la investigación y la utilidad de los conocimientos al servicio del mismo.5
La investigación universitaria debería estar enfocada hacia problemas globales como: la paz, el desarrollo sostenible, la pobreza y la diversidad cultural. También debería contribuir a generar conocimiento en áreas clave para el desarrollo del país. Las universidades deberían transferir estos conocimientos para satisfacer las necesidades locales de la sociedad.8
Las instituciones de educación superior han tomado en cuenta como universidad la necesidad de compartir sus conocimientos como una estrategia que les permita formar parte del crecimiento positivo de la sociedad, al crear, modelar, difundir y aplicar sus conocimientos en servicio de la colectividad. Para esto han creado, desarrollado y aplicado diferentes programas y proyectos dirigidos a difundir y compartir sus conocimientos. El dilema o el punto de quiebre se formula desde la premisa de si dichos programas y proyectos tienen un seguimiento continuo o están realmente articulados con las otras funciones sustantivas de la universidad.
MODELO DE GESTIÓN DE CONOCIMIENTO EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Actualmente la gestión del conocimiento es uno de los tres ejes sustantivos de diversas universidades, que permite a las mismas cumplir con su propósito de poner al servicio de la sociedad todos sus conocimientos, siendo de esta forma un cimiento dentro de la evolución socio-productiva de la comunidad. Su objetivo primordial es crear, modelar, difundir y compartir los conocimientos como una fuente organizada, para que las instituciones de educación superior sean competitivas en el medio donde se desenvuelven y ejerciten sus procesos.
El papel de las universidades es fundamental en la preparación y educación de los recursos humanos en la sociedad y así poder dar respuestas más adecuadas a sus demandas. Para atender a los diferentes cambios que ocurren en la sociedad y que tienen una alta incidencia en las organizaciones, como es el caso del desarrollo tecnológico, se hace necesario establecer estrategias organizacionales dirigidas al aprendizaje, para aproximarnos a lo que Peter Senge llamó Organizaciones Inteligentes (OI) u Organizaciones que aprenden. 10
En los primeros años del surgimiento de la teoría de la quinta disciplina, la concepción predominante era que solo las empresas podían convertirse y aplicar esta teoría, se enfocaba principalmente hacia los recursos humanos y el aprendizaje organizacional. En una etapa posterior de análisis, se planteó la necesidad de llevar esta teoría a las instituciones educativas, sobre todo a las instituciones de la educación superior, en que se destacó la importancia del aprendizaje organizacional, el trabajo colectivo y el hecho de contar con un sistema para la adquisición del conocimiento que permita reutilizarlo y renovarlo constantemente. 9
Dicha teoría está constituida por sistemas de relaciones, sistemas de contenidos, sistemas de valores y sistemas de pensamiento especialmente racional-articulados a facultades, carreras y profesiones que, en su conjunto, conforman un corpus inteligente consciente de su papel; es decir, es una organización que por antonomasia enseña a aprender, enseña a enseñar.10
Podría decirse que la universidad fomenta, como ninguna otra organización de la sociedad, la metacognición; es decir, no solamente enseña contenidos curriculares requeridos para cada profesión, a través de la ciencia y las ciencias aplicadas las tecnologías-, mediante métodos científicos, sino que promueve capacidades o competencias para que cada estudiante universitario pueda ser consciente de los conocimientos y saberes, y además aprenda por sí mismo a resolver problemas. De esta manera, la universidad es un espacio ideal para el desarrollo de la inteligencia y de todas las inteligencias posibles.
En esta nueva era del conocimiento, las universidades, facultades y organismos de investigación son un pilar para la creación del conocimiento, por el hecho de que sus funciones principales son la formación de personal altamente cualificado a través de la docencia, la investigación y la extensión, pero también debe serlo la difusión social del mismo, ya que la universidad del futuro, se vislumbra como una institución generadora de conocimiento al servicio de las necesidades de formación y desarrollo tecnológico del entorno, dentro del modelo de sociedades del conocimiento.
INCIDENCIA DE LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA ACADEMIA Y LA INVESTIGACIÓN
La gestión del conocimiento incide en el eje académico, pues desde lo pedagógico busca reforzar los contenidos aprendidos por los estudiantes. La pertinencia de este proceso se establece desde la necesidad que tienen diferentes sectores de nuestro país, que no están totalmente satisfechos; donde el aporte no sólo lo tendrá la colectividad beneficiaria sino también los estudiantes de las instituciones superiores al poder poner en práctica todo lo aprendido en su proceso de capacitación en la universidad y mediante la misma sistematizar el proceso de enseñanza-aprendizaje por medio de dicha práctica. Es decir, que la gestión del conocimiento es una actividad interactiva en doble sentido.
La relación inherente entre la gestión del conocimiento y la academia se fundamenta en la participación transversal durante todo el proceso de gestión del conocimiento, ya que logra potenciar la sistematización del proceso de formación.
La participación en un programa de gestión del conocimiento aportará al desempeño profesional de los estudiantes universitarios, al articular en forma didáctica el desempeño pedagógico con el proceso de planificación, interacción y evaluación del proceso de transmisión de conocimientos. Por otra parte, durante el desarrollo de su experiencia vinculadora los participantes ponen en práctica los tres momentos fundamentales dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje; que son la activación inicial del aprendizaje, la construcción del conocimiento y finalmente la concreción de los saberes.
Durante la transferencia del conocimiento, para la activación del aprendizaje, se debe establecer inicialmente el objetivo que se desee alcanzar, y tomar en cuenta la motivación, que haga que los beneficiarios sientan que lo que van a aprender es de gran utilidad y a su vez presenten las inquietudes sobre sus necesidades y conocimientos sobre el tema, para lograr una retroalimentación en doble sentido.
En el segundo momento del proceso de transferencia de conocimientos, los docentes vinculadores, deben trabajar en la construcción de estos, donde se puede poner en práctica la retroalimentación continua de información para lo cual se utilizan estrategias de enseñanza - aprendizaje apropiadas y dirigidas a los beneficiarios de acuerdo con sus necesidades individuales.
Finalmente, corroborar que se ha logrado el proceso de concreción o aplicación del aprendizaje que se puede evaluar por medio de la resolución de problemas, se establecen comparaciones, se demuestran sus competencias de análisis y síntesis y así el beneficiario será valorado dentro de las competencias en las que esté siendo formado.
De esta forma, el estudiante universitario al participar en su proceso de gestión del conocimiento y para lograr los objetivos de transmisión de estos, debe sistematizar el proceso, y llevar a cabo un reforzamiento de los ya adquiridos, una organización de los contenidos y además hacer una retroalimentación, gracias a las necesidades que presentan los beneficiarios al buscar nueva información que confirmen la satisfacción de las demandas específicas del grupo vinculado, para alcanzar un aprendizaje significativo en el proceso formativo.
Así, para sistematizar el proceso educativo, primero se deben fundamentar las necesidades desde una realidad concreta pensante, de ahí pasamos a caracterizar, qué es lo concretamente real, luego se diseña una nueva estrategia pedagógica, y finalmente se podrán evaluar los resultados, pues se logra la abstracción, por medio del análisis, síntesis, inducción y generalización del conocimiento en nuestros estudiantes. Finalmente, se pasa a modelar, es decir, lo concreto pensado, donde el docente encuentra una estrategia propia del proceso de enseñanza aprendizaje.
La importancia radical de sistematizar un proceso de enseñanza aprendizaje se basa en el enfoque inclusivo y holístico que busca el mejoramiento de la formación profesional de los estudiantes universitarios, tomando en cuenta el estado real de los estudiantes a partir de las necesidades, para contextualizar y modelar los resultados de todo un proceso de formación realizado por la universidad.
ANÁLISIS DE LA FUNCIÓN DE LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA EDUCACIÓN
Desde una universidad autónoma, crítica y democrática, la gestión del conocimiento asume la responsabilidad de brindar a la sociedad una mejor calidad de vida, con propuestas que se ajusten a las verdaderas necesidades de la misma. Al mismo tiempo constituye el reto de desarrollar una cultura general integral como crecimiento personal de los estudiantes a través de un proceso de educación profesional, al igual que para sus docentes, dirigentes y personal administrativo al cumplir el proceso de formación continua, el desarrollo de la investigación científica, la diversidad cultural y el avance tecnológico que potencia la transformación social y el desarrollo de la comunidad.
Una de las problemáticas existentes es la poca relevancia que para el personal docente tiene la gestión del conocimiento, debido a que generalmente no se le da el tratamiento adecuado en los planes curriculares de las distintas carreras que se ofertan. En muchos casos para la comunidad universitaria no se tiene bien definido su concepto y alcance debilitando así su posición dentro de la estructura organizativa de la universidad, y muchas veces entre las facultades no existe uniformidad en cuanto a su uso.
Como se sabe la función más conocida de la universidad es la docencia, que se realiza para la formación de excelentes profesionales a fin de impulsar el desarrollo del país. Por lo que se hace necesario que esta cuente con información actualizada de la sociedad en cuanto a sus exigencias, recurso humano, económico, tecnológico, conocimiento, habilidades y otras, que se obtienen a partir de las investigaciones.
En muchas universidades los conocimientos generados a través de los proyectos de investigación no se difunden al cuerpo académico, por lo que crece el capital intelectual individual en una proporción mayor que el capital intelectual colectivo, y en muchos casos los docentes no cuentan con un espacio real y no utilizan los virtuales para compartir conocimiento, tampoco disponen de mecanismos conscientes y sistemáticos para hacer explícito el conocimiento tácito, ni para lograr que el requerido sea demandado y obtenido de manera oportuna.
Debe existir una complementariedad constante entre estas funciones, la comunidad muchas veces no cuenta con el personal adecuado, ni las instalaciones o materiales necesarios para la investigación, pero en ocasiones posee el financiamiento y el interés de mejorar sus procesos y ganancias. Por otro lado, las actividades de investigación de la universidad no tienen razón de ser sin la comunidad a la cual le sirve.
Se debe dar un impulso a la gestión del conocimiento, pero que se inicie de forma democrática a partir de las opiniones de los distintos participantes de la comunidad universitaria, de forma que estén encaminadas a responder por los verdaderos beneficiados de las funciones de docencia e investigación, que es la sociedad.
Un modelo de universidad de pertinencia e innovación social, hace referencia a una institución activa y dinámica que lidera la transición hacia una sociedad del conocimiento con justicia y bienestar común, una que asume el compromiso y la responsabilidad de asistir e impulsar el cambio social y económico, la democracia, la paz y la sustentabilidad para un desarrollo compartido y equitativo.10
Finalmente, después de este análisis sobre la verdadera función de la gestión del conocimiento las instituciones de educación superior se deben preguntar: ¿Están articuladas las funciones sustantivas dentro de la universidad?, ¿Existe una planificación y seguimiento de los programas de gestión del conocimiento?, ¿Cuáles son las fisuras que presenta dicho proceso?
Las respuestas a estas interrogantes muestran la necesidad de una investigación profunda que confirme la excelencia de la universidad.
CONSIDERACIONES GENERALES
La gestión del conocimiento coadyuva a la integración de todas las funciones dentro de la universidad, en busca del fortalecimiento de estos, mediante estrategias cognitivas y metacognitivas con el fin de entregar a la sociedad profesionales con una formación integral. Es de vital importancia que las instituciones de educación superior promuevan en sus estudiantes la participación dentro de programas sustentables de gestión del conocimiento que busquen la realización de actividades en servicio de la comunidad.
La investigación proporciona información de las necesidades reales de la sociedad para satisfacer el cumplimiento de las mismas. Por otra parte, permite que la institución se retroalimente por medio de estas demandas y pueda reorganizar sus currículos que permitan a los estudiantes capacitarse en otros aspectos, de modo que cumpla con el verdadero rol que es incorporar a la sociedad profesionales preparados para solventar problemas de actualidad.
La endogenización de las funciones sustantivas de la universidad promueve el mejoramiento de las actividades académicas, de investigación y de gestión del conocimiento; ya que fomenta el desarrollo científico, tecnológico, académico e innovador. Mediante los programas de gestión del conocimiento, se logra integrar el conocimiento, la investigación, la universidad y la sociedad. Esto permite que la institución se convierta en un referente de servicio a la comunidad en general.
Es necesario fortalecer la práctica de la gestión del conocimiento por medio de un seguimiento continuo, que evalúe su adecuado desenvolvimiento y que detecte las necesidades actuales a las que debe satisfacer, para dinamizar la actividad universitaria, y evitar que esta se estanque, pues se impulsa la evolución continua de manera sostenible y sustentable, dentro de su papel fundamental de crear conocimiento científico.
La gestión del conocimiento busca solucionar las necesidades a partir de un problema real para así cumplir con una demanda social, que es uno de los principios de las instituciones de educación superior y es una visión integradora del proceso formativo de un estudiante, que a partir de sus prácticas pre profesionales logra la sistematización del trabajo al momento de iniciar sus labores profesionales.
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Recibido: 8 de enero de 2018.
Aprobado: 5 de marzo de 2018.
Luis Alberto Montoya Acosta. Universidad de Guayaquil, Ecuador. Correo electrónico:luis.montoyaa@ug.edu.ec
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