Comunicación Breve
Aseguramiento de la calidad educacional en las universidades de
América Latina
Assurance of the teaching quality in the universities of Latin America
Lic. Nelson Rodríguez
Aguirre1* 1Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador. *Autor para la correspondencia. Correo electrónico: nrodriguezaguirre@yahoo.es
RESUMEN ABSTRACT
Lic. Norma Barrios
Fernández2
Lic. Boris Tristá
Pérez2
2Universidad de La Habana, La Habana, Cuba.
El aseguramiento de la calidad de la educación superior en la región latinoamericana
ha conllevado el despliegue de medidas provenientes del sector estatal, que conducen a la
búsqueda de alternativas en los centros universitarios, con las cuales no siempre se alcanzan los
resultados esperados. En este artículo se presenta esta problemática desde la perspectiva del
factor humano, expresado en el profesor como actor clave en la construcción de instituciones donde
se labora en función de desarrollar la calidad educacional como propuesta a su contexto
social concreto.
Palabras clave: docentes; universidades; calidad de la educación; formación profesional.
The assurance of the higher education quality in Latin American region has motivated
the implementation of measures coming from the state sector that guide to the search
of alternatives in the university centers, with which the prospective results are not
always reached. In this article this problem is presented from the perspective of the human
factor, expressed in the professor as key actor in the building of institutions where it is worked for
the aim of developing the teaching quality as proposal to its concrete social context.
Key words: teaching staff; universities; education quality; vocational training.
Recibido: 17/06/2018 Introducción
El tema de la educación superior en América Latina es uno de los más complejos y difíciles que
se plantea al pensamiento latinoamericano actual.
Desarrollo
Tensiones y retos en el aseguramiento de la calidad
En América Latina, teniendo en cuenta que el desarrollo de la calidad es determinante en el
contexto de transformación que se vive en la región, se observa una clara tendencia orientada a superar
la alta desregulación que en las últimas décadasles confirió preferencia a los mercados. Para
esto, mediante la formulación de políticas estatales, se introducen regulaciones, específicamente en
la fiscalización del control de la calidad, que representa un riesgo para la autonomía de la
universidad y para el proyecto de sociedades más justas y
equitativas.(3) La planificación como procedimiento de la calidad
Alcanzar la calidad de los procesos que transcurren en las universidades exige apropiar
una concepción estratégica, con un enfoque prospectivo en la gestión y donde la excelencia de
sus programas, proyectos y actividades estén fundamentados en los logros
que, desde la innovación científica, permitan anticipar el modo en que la dirección planifica el futuro, implanta los
programas y controla los resultados, en la existencia de un colectivo docente altamente profesional y
en estudiantes que garanticen su
autodesarrollo.(1) El profesor como factor humano para asegurar la calidad de la
formación profesional
Aprobado: 30/08/2018
A finales de la década de los 90 del pasado siglo,
el tema sobre la calidad en la educación superior
y la necesidad de evaluarla se convirtió en una de las prioridades de las diferentes
academias universitarias, lo que se potenció en 1998, a partir de la Declaración Mundial sobre la
Educación Superior en el siglo XXI: Visión y
Acción(1)por parte de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
El aseguramiento de la calidad tiene varios propósitos posibles: establecer criterios o
estándares mínimos, que definen un umbral bajo el cual ninguna institución o programa debía estar
autorizado a operar en el país; certificar estándares de formación de los diferentes campos profesionales
y programas de posgrado, conjuntamente con principios y prácticas de buena gestión de
las instituciones; estimular el mejoramiento de las instituciones y su desempeño. Todos están
presentes en Iberoamérica, aunque con distinto énfasis en cada
país.(2)
Desde tales premisas, este artículo se organizó en cuatro incisos: el primero, dedicado a
tratar sobre las actuales tensiones y los retos que se enfrentan en las universidades con la calidad
exigida; el segundo, comprende el análisis de la planificación como procedimiento de la calidad; el
tercero, aborda el rol que tiene el profesor como factor humano para asegurar la calidad de la
formación profesional; finalmente, en el cuarto
inciso, se proponen actividades para asegurar la calidad
en las instituciones de educación superior.
La calidad de la educación superior es un concepto pluridimensional que comprende
distintas funciones y actividades: enseñanza y programas académicos, investigación y becas,
personal, estudiantes, edificios e instalaciones, equipamientos y servicios a la comunidad y al
mundo universitario; sin desestimar las particularidades de los contextos institucional, regional,
nacional e internacional.(3)
En las condiciones actuales, las instituciones de educación superior (IES) latinoamericanas
deben ser capaces de enfrentar los desafíos consustanciales al impacto negativo de la
globalización neoliberal sobre la
humanidad, y también aprovechar las oportunidades que existen para
su desarrollo. Por ello, el mejoramiento de la gestión de los procesos universitarios se convierte
en una de sus mayores fortalezas; de ahí, que las acciones promotoras y generadoras de su
calidad sean altamente prioritarias.(4)
La acreditación en las IES de la región es una de las estrategias evaluativas más reconocidas
para el aseguramiento de la calidad. Sin lugar a duda, un lugar esencial lo ocupa el proceso
de autoevaluación y su gestión, lo que exige una adecuada fundamentación y concepción, así
como un correcto modo de llevar a cabo su planificación, organización, ejecución y control, para
contribuir al aumento de la capacidad de respuesta institucional ante los nuevos desafíos que enfrenta
la educación superior.(4)
En este mismo orden y dirección, el aseguramiento de la calidad es más bien un proceso
progresivo en el que se identifican patrones orientados a responder a las necesidades de un sistema
de educación superior en una sociedad concreta.
Entre las tensiones del mundo actual con respecto a la calidad en las IES, se puede referir el
debate día a día en un escenario caracterizado por la inestabilidad de los cambios, debido
principalmente a una crisis generalizada que denota desórdenes políticos, altos índices de pobreza por
una distribución inadecuada de las riquezas, entre otros factores; la elevada tasa de desempleo
y subempleo; el aumento de la delincuencia; el terrorismo; el deterioro palpable del medio
ambiente y de los sectores de la educación y la salud. A estos fenómenos se añade la existencia de una
sociedad donde predominan la pérdida de valores en los individuos, injusticias, diferencias y
contradicciones sociales. Todo ello justifica la protección y reconstrucción del planeta por el camino de
la sostenibilidad, mediante transformaciones urgentes en las dimensiones económica, social
y ambiental de los países.(4)
Frente a este crítico panorama que atenta contra el desarrollo de la sociedad latinoamericana,
la educación superior posee un gran espacio para transformarlo, al afrontar los
mencionados problemas desde una cercana y activa vinculación con su contexto, el cumplimiento de su
misión, estrechamente ligada a la generación de conocimientos, a la investigación, la extensión, la
formación de valores, con garantía de una calidad y
pertinencia, socialmente responsable en su
desempeño, de modo que se produzcan impactos favorables que beneficien a la
sociedad.(4)
Espí(5) y Da
Cunha(6)destacan algunos retos del aseguramiento de la calidad: una universidad
que contribuya eficazmente a la formación integral de sus estudiantes a través de la promoción
de competencias de desempeño profesional que privilegien, junto a la dimensión
técnico-profesional, los valores éticos que orientan una acción humana responsable; un modelo académico que
se caracterice por la indagación de los requerimientos de sus contextos, generador de
soluciones pertinentes a los problemas de la práctica social; una elevada calidad en la gestión de todos
sus procesos, resultados e impactos, con énfasis en la formación y superación de los docentes
como garantía de la profesionalización académica de estos.
De lo anterior se puede concluir que el desafío para los organismos encargados de asegurar
la calidad en la región, radica en buscar la
innovación de los actuales enfoques y criterios que
guían el aseguramiento de la calidad, teniendo como objetivo superar la actual tendencia a
homogeneizar los criterios de evaluación, que limitan la capacidad de los sistemas de educación superior
para responder a entornos cambiantes.
En resumen, se evidencia que la calidad en la educación superior puede ser desarrollada más
allá de la simple búsqueda/exigencia de estándares de eficiencia y eficacia, pero la condición es la
de abordar la innovación de la organización universitaria mediante la integración de los
procesos sustantivos alineados hacia la generación de conocimientos, cultura y valores, integrados en
la formación profesional al servicio de los intereses fundamentales de la sociedad. Esto se
alcanza mediante la participación democrática de los actores involucrados.
La excelencia ha de alcanzarse mediante un proceso de mejora continua, lo cual debe ser el
objetivo permanente de la organización. La "mejora" debe ser en todos los campos: de las capacidades
del capital intelectual, de la eficiencia en el uso de los recursos, de las relaciones entre los miembros
de la organización y con la sociedad, y en todo cuanto se pueda avanzar y que se traduzca en
un incremento de la calidad del producto o servicio que se
brinda.(1)
La mejora continua implica tanto la implantación de un sistema como el aprendizaje
permanente de la organización, el seguimiento de una filosofía de gestión y la participación activa de todas
las personas. Las instituciones no pueden seguir sin utilizar plenamente la capacidad
intelectual, creativa y la experiencia de su capital humano.
Como puede observarse, la utilización de modelos para gestionar la calidad en las
universidades debe entenderse como el modo en que la dirección planifica el futuro, implanta los programas
y controla los resultados de la función de la calidad con vistas a su mejora continua.
Referente a los planteamientos anteriores, se concibe que el profesor debe ser visto como
factor humano clave de la calidad en la formación profesional. Se requiere un cambio profundo en
las formas de enseñar, para ayudar a los estudiantes de educación superior a comprender
los fenómenos de la misma manera en que lo hacen los expertos de cada
disciplina.(7) Actividades para asegurar la calidad en la educación superior
La universidad latinoamericana está abocada a la reforma de sus estructuras para
responder a las demandas de sociedades en
transición,debido a las tendencias provenientes de la
sociedad de la información y el conocimiento. Conclusiones
En otras palabras, desde la perspectiva del profesor universitario, la calidad que la sociedad
exige a la universidad en determinadas condiciones, conlleva mayor asignación de carga en el
horario docente, mayores exigencias en su formación, nuevas tareas administrativas, mayor número
de compromisos laborales, de publicaciones y la generación de conocimientos, así como de
nuevas formas de trabajo intelectual asociado a las tecnologías de la información y las comunicaciones. Referencias bibliográficas
Al respecto, Guzmán(7) considera que ser docente universitario implica lo siguiente: dominio
amplio y especializado de la disciplina que enseña, dominio pedagógico general, dominio
pedagógico específico del contenido, dominio curricular, claridad acerca de las finalidades educativas,
ubicación en el contexto o la situación donde enseña, conocimiento acerca de los alumnos y los procesos
de aprendizaje.
El autor opina que el profesor universitario representa el núcleo de la calidad; es decir, que
la relación profesor-estudiante es un aspecto esencial para comprender la calidad de la
formación profesional. En tal sentido, esta relación debe abordarse desde la dimensión de sujetos
concretos, en la que docentes y alumnos construyen la función esencial de la
universidad. Además, tendrá que volverse más profesional, dominar la didáctica y demostrar el dominio de las habilidades docentes.
Cabe agregar que, en la
actualidad, los docentes de la región están sometidos a diferentes
presiones; por ejemplo, deben relacionar el financiamiento con el desempeño, además de que deben
rendir cuentas acerca de en qué y cómo utilizan los recursos otorgados. También deben lidiar con
la demanda de atención de una creciente población estudiantil con diferentes
condiciones socioculturales y deben hacerlo con menos recursos. No obstante, resulta innegable que lo
realizado en este nivel forma parte de la tendencia mundial para buscar nuevas maneras de crear y
utilizar el conocimiento.
Las universidades deben prestar mayor atención al factor humano implicado en el
proceso de formación de los futuros profesionales.
Flexibilizar las estructuras a fin de que el profesor pueda, junto con sus estudiantes,
explorar nuevas formas de aprendizaje basadas en el diálogo de saberes, la
inter- y transdisciplina.
La docencia debe ser el ejercicio permanente para la resolución de problemas prioritarios
de la sociedad, mediante espacios de diálogo académico.
Fortalecimiento de los procesos evaluativos (acreditaciones).
Desde la perspectiva de la calidad de la educación superior, se puede resumir que es
indispensable mejorar la práctica docente sin perder de vista el factor humano, puesto que en él se concretan
las funciones sustanciales de la universidad, las que garantizan la formación integral de los
recursos humanos; por tanto, es necesario crear las condiciones que permitan involucrar al profesor
desde su dimisión subjetiva y su identidad profesional.
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