Artículo original
Características clínicas y tomográficas de pacientes con enfermedad
cerebrovascular isquémica
Clinical and tomographic characteristics of patients with ischemic cerebrovascular disease
Dr. Raciel Alejandro Ruiz Mariño1 https://orcid.org/0000-0002-2641-7811
Dra. Martha Campos Muñoz2 https://orcid.org/0000-0002-7039-5218
Dra. Daniela de la Caridad Rodríguez Campos3 https://orcid.org/0000-0003-3940-7855
Dr. Osmel Daniel Chacón Reyes3* https://orcid.org/0000-0001-9902-0746
1Hospital
Infantil Docente Norte Dr. Juan del Cruz Martínez Maceira, Universidad de
Ciencias Médicas. Santiago de Cuba, Cuba.
2Facultad
de Medicina No. 2, Universidad de Ciencias Médicas. Santiago de Cuba, Cuba.
3Policlínico
Docente Carlos Juan Finlay Barrés, Universidad de Ciencias Médicas. Santiago de
Cuba, Cuba.
*Autor para la correspondencia. Correo electrónico:
odchr@nauta.cu
RESUMEN
Introducción: El método clínico por sí solo no es
definitivo para diagnosticar una enfermedad cerebrovascular, por lo que es
importante el uso de medios de diagnóstico imagenológicos como la tomografía
axial computarizada, que permite investigar los aspectos morfológicos y
funcionales del cerebro.
Objetivo: Describir las características clínicas
y tomográficas de pacientes con infarto cerebral.
Métodos: Se efectuó un estudio descriptivo y
transversal de 269 pacientes con infarto cerebral, atendidos en el Hospital
Provincial Docente Clinicoquirúrgico Saturnino Lora Torres de Santiago de
Cuba, desde enero hasta diciembre de
2019.
Resultados: Predominaron el sexo masculino (54,6 %), el grupo etario de 70-79 años, las afectaciones motoras
(76,5 %), la alteración de la conciencia (51,3 %) y el trastorno del lenguaje
(50,5 %). En 38 pacientes los resultados de la tomografía fueron negativos
antes de las 24 horas de evolución y 64,0 % se consideraron mejorados con
secuelas.
Conclusiones: La tomografía antes de las 24 horas
demuestra una baja positividad y los hallazgos evolucionan con el tiempo,
aunque es posible reconocer varios signos precoces de ictus agudo en menos de
4-6 horas.
Palabras clave: enfermedad cerebrovascular; infarto
cerebral; isquemia cerebral; diagnóstico imagenológico; tomografía axial
computarizada.
ABSTRACT
Introduction: The clinical method
by itself is not definitive to diagnose a cerebrovascular disease, reason why
the use of imaging diagnostic means, as the computerized axial tomography is
important, as it allows to investigate the morphological and functional aspects
of the brain.
Objective: To describe the
clinical and tomographic characteristics of patients with complete stroke.
Methods: A descriptive and cross-sectional study
of 269 patients with complete stroke, assisted in Saturnino Lora Torres
Teaching Clinical Surgical Provincial Hospital was carried out in Santiago de
Cuba, from January to December, 2019.
Results: There was a prevalence of the male sex
(54.6 %), 70-79 age group, motor disorders (76.5 %), alteration of the
conscience (51.3 %) and language disorder (50.5 %). In 38 patients the results
of the tomography were negative before the 24 hours of clinical course and 64.0
% were better with aftereffects of the disease.
Conclusions: Tomography before
the 24 hours demonstrates a low positivity and findings have a favorable clinical
course as time goes by, although it is possible to recognize several early
signs of acute ictus in less than 4-6 hours.
Key words: cerebrovascular disease; complete
stroke; brain ischemia; imaging
diagnosis; computerized axial tomography.
Recibido: 25/01/2021
Aprobado: 14/03/2021
Introducción
El
accidente vascular isquémico (AVI) lo ocasiona el bloqueo u oclusión en la
vasculatura cerebral. Es un infarto en
un lugar del cerebro, producido por un trombo formado en una arteria cerebral o
por un émbolo desarrollado en algún sitio del cuerpo, que viaja en la corriente
sanguínea hasta alojarse en una arteria del cerebro.(1)
De
80 % de los ACV isquémico, entre 40-50 % ocurren son oclusión de los grandes
vasos, 25 % por infartos lacunares; mientras que 5 % por embolia, alteraciones
sanguíneos y por oclusión no ateromatosa, respectivamente.(1)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
enfermedad cerebrovascular (ECV) se caracteriza por un rápido desarrollo de
signos clínicos de alteración focal o global de la función cerebral, con
síntomas que duran 24 horas o más, que conducen a la muerte sin otra causa
diferente a la vascular.(2)
La causa más frecuente de ECV isquémica es la
aterosclerosis, aunque existen múltiples motivos, a saber: enfermedad oclusiva
arterial de pequeños vasos, encefalopatía hipóxica isquémica, trombosis venosa
y de los senos durales, jaqueca, encefalopatía hipertensiva, disección
arterial, vasculitis, lupus eritematoso sistémico, poliarteritis nudosa y
drepanocitosis, entre otras.(3)
Como bien se conoce, los factores de riesgo son las
circunstancias que exponen a los individuos durante el estado de aparente salud
a una posibilidad aumentada de contraer una enfermedad; no obstante, si estos
se controlan se logra disminuir considerablemente la incidencia, prevalencia y
mortalidad por estas enfermedades.(3)
Entre los factores de riesgo más importantes figuran
las características individuales y el estilo de vida que incluyen el hábito de
fumar, el sedentarismo, el alcoholismo, la obesidad, la edad y el sexo, por
citar algunos.(4,5) En relación con las enfermedades y marcadores
biológicos sobresalen la hipertensión arterial (HTA), las enfermedades
cardíacas (arritmias, cardiopatía isquémica, la hipercolesterolemia y la
diabetes mellitus.(6)
Por su parte, el infarto cerebral es el conjunto de
manifestaciones clínicas, radiográficas o patológicas que aparecen como
consecuencia de la alteración cualitativa o cuantitativa del aporte
circulatorio a un determinado territorio encefálico, que determina un déficit
neurológico de más de 24 horas de duración, lo cual es expresión de necrosis
hística.(5)
Si bien el examen clínico debe regir la atención a
los pacientes, no constituye por sí solo un método definitivo para distinguir
las variadas formas de la ECV, por lo
cual es importante el uso de medios de diagnóstico basado en imágenes, como la
tomografía axial computarizada (TAC), que permite investigar aspectos
morfológicos y funcionales del cerebro, tanto en condiciones normales como
patológicas.(7,8,9)
Este moderno equipo permite conocer los cambios más
tempranos relacionados con el infarto cerebral en las primeras 24-48 horas,
como el efecto de masa moderado, la pérdida de la limitación entre las
sustancias blanca y gris o la disminución de la densidad.(10)
La ECV, alterna entre la segunda y tercera causa de
muerte en el país y afecta fundamentalmente a los mayores de 65 años, con una
tendencia a aumentar en los grupos de edades más jóvenes.(11) Al
respecto, en la provincia de Santiago de Cuba egresan anualmente 2 400
pacientes con dicha enfermedad y, a medida que se incrementa la expectativa de
vida, también aumentan los riesgos y, por tanto, la prevalencia. Todo esto,
unido a los largos períodos de hospitalización, las secuelas que produce, los
gastos en rehabilitación y las pérdidas laborales por incapacidad, hace que sea
una de las enfermedades más costosas, pues afecta la economía de la medicina,
de la familia y del individuo. Realmente, las elevadas tasas de mortalidad que
se registran constituyen un problema en ascenso, tanto en el mundo como en
Cuba.(4)
En el Hospital Provincial Docente Clinicoquirúrgico
Saturnino Lora Torres de esta provincia, en los últimos 5 años fueron atendidos
1 803 pacientes con el diagnóstico de accidente cerebrovascular (ACV), de los
cuales 1 197 (66,3 %) correspondieron a la enfermedad cerebrovascular
isquémica. Definitivamente, urge que
todo el personal de la salud que tenga que laborar directamente con estos
pacientes conozca las características clínicas
y tomográficas que presentan, de ahí el objetivo del presente estudio.
Métodos
Se efectuó un estudio descriptivo y transversal de
269 pacientes con infarto cerebral, ingresados en el Servicio de Medicina
Interna del Hospital Provincial Docente Clinicoquirúrgico Saturnino Lora Torres
de Santiago de Cuba, desde enero hasta
diciembre de 2019, a quienes se les realizó TAC en ese período.
Se tuvieron en cuenta algunas variables clínicas y
tomográficas, entre las cuales figuraron: edad (según los grupos de edades
siguientes: 20- 29; 30-39; 40-49; 50-59; 60-69; 70-79; 80-89; 90 y más), sexo
(masculino y femenino), enfermedades asociadas y factores de riesgo
(hipertensión arterial, diabetes mellitus,
cardiopatías, epilepsia, migraña, insuficiencia renal, enfermedad de Parkinson,
enfermedad cerebrovascular anterior, hiperlipidemias, hábito de fumar y
alcoholismo), color de la piel (negra y blanca), manifestaciones clínicas
(alteraciones motoras, afectación de la conciencia, trastorno del lenguaje,
relajación de esfínteres, cefalea, trastorno visual, vómito, convulsión,
alteración del equilibrio, amnesia y rigidez de la nuca), resultados
tomográficos (negativos, indirectos, directos de infarto cerebral) evolución
(satisfactoria sin secuelas, mejorado con secuelas y muerte).
La información se obtuvo de la base de datos de los
pacientes con dicho diagnóstico y mediante la revisión de la historia clínica de cada uno de ellos. Se procesó
a través del paquete estadístico SPSS, versión 11,5 que permitió la elaboración
de tablas y gráficos. Como medida de resumen se utilizó el porcentaje.
Resultados
En esta casuística (tabla 1) predominaron
el sexo masculino (54,6 %) y el grupo etario de 70-79 años (30,4 %), seguido
por el de 60-69 (27,8 %) y por el de 80-89 (16,3 %).
Tabla 1. Pacientes según grupos de edades y sexo
Según se muestra en la tabla 2, entre los factores
de riesgo preponderantes figuraron la
hipertensión arterial (83,6 %), la diabetes mellitus y el tabaquismo, en ese orden.
Tabla 2. Pacientes según
enfermedades asociadas y factores de
riesgo
Enfermedades asociadas y factores
de riesgo |
No. |
% |
Hipertensión
arterial |
225 |
83,6 |
Hábito
de fumar |
56 |
20,8 |
Cardiopatía |
43 |
15,9 |
Diabetes mellitus |
102 |
37,9 |
Enfermedad
cerebrovascular anterior |
26 |
9,6 |
Epilepsia |
10 |
3,1 |
Migraña
|
7 |
2,6 |
Hiperlipidemias |
8 |
2,9 |
Enfermedad
de Parkinson |
3 |
1,1 |
Insuficiencia
renal crónica |
1 |
0,3 |
Alcoholismo |
2 |
0,7 |
Entre las manifestaciones clínicas (tabla 3)
sobresalieron las alteraciones motoras
en 206 pacientes (76,5 %), la afectación de la conciencia y el trastorno del
lenguaje (51,3 y 50,5 %, respectivamente).
Tabla 3. Pacientes según
manifestaciones clínicas más frecuentes
Manifestaciones clínicas |
No. |
% |
Alteraciones
motoras |
206 |
76,5 |
Alteración
de la conciencia |
138 |
51,3 |
Trastorno
del lenguaje |
136 |
50,5 |
Relajación
de esfínteres |
82 |
30,4 |
Cefalea |
25 |
9,2 |
Trastorno
visual |
22 |
8,1 |
Vómito |
10 |
3,7 |
Convulsión |
8 |
2,9 |
Alteración
del equilibrio |
3 |
1,1 |
Amnesia |
3 |
1,1 |
Rigidez
de nuca |
8 |
2,9 |
Como se aprecia en la tabla 4, en 38 pacientes
(57,5 %) los resultados de la tomografía
fueron negativos antes de las 24 horas de evolución, no así al
repetirlos a las 48 horas.
Tabla 4. Pacientes según resultados tomográficos y
evolución
Resultados tomográficos |
Evolución (en horas) |
|||||||
Antes de 24 |
24-72 |
Más
de 72 |
Total |
|||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|
Negativos |
38 |
57,5 |
|
|
|
|
38 |
14,1 |
Signos
indirectos |
4 |
6,0 |
|
|
|
|
4 |
14,0 |
Infarto cerebral |
24 |
36,3 |
1 43 |
100,0 |
60 |
100,0 |
227 |
84,3 |
Total |
66 |
24,5 |
1 43 |
53,1 |
60 |
22,3 |
269 |
100,0 |
De los 269 pacientes, 172 mejoraron con secuelas
(64,0 %); 73 evolucionaron
satisfactoriamente, sin secuelas (27,0 %) y 24 fallecieron (9 %).
Discusión
Las enfermedades cerebrovasculares predominan en
las edades avanzadas de la vida y ocupan la tercera causa de muerte en países
desarrollados. En Cuba afectan alrededor de
5 % de la población mayor de 65 años y representan de 9-10 % de los
fallecidos.
El grupo etario de 60 años y más, por sí solo,
constituye un factor de riesgo para las enfermedades cerebrovasculares en ambos
sexos; mientras que para las féminas se incrementa principalmente después de la
menopausia.
El sexo es un factor de riesgo para diferentes
tipos de ictus. La aterosclerosis carotídea extracraneal es más frecuente en
varones y la intracraneal en las mujeres, en las que las lesiones carotídeas
ateroscleróticas son más graves.
Varios autores(6,12) plantean el
predominio de la hipertensión arterial como factor de riesgo, por lo que está
demostrada la relación causa-efecto entre esta y las ECV.
Al respecto, Nentwich LM,(8) en un
estudio de 1 991 pacientes con ACV en 74 hospitales públicos y privados,
describió que 83 % fueron eventos isquémicos y 17 % hemorrágicos; también
refirió que el principal factor de riesgo resultó ser la hipertensión arterial
sistémica (81,6 %), lo que coincide con lo obtenido en esta casuística.
En una investigación llevada a cabo en Santiago de
Cuba durante un bienio, Berenguer y
Pérez(13) identificaron que
la edad (mayores de 60 años), la hipertensión arterial, la obesidad, el
sedentarismo y la dislipidemia fueron los factores de riesgo de los accidentes
cerebrovasculares. También refirieron que el tabaquismo aumentó el riesgo
relativo de la ECV isquémica a 1,56 en los hombres y a 1,86 en las mujeres;
mientras que el sedentarismo también se
asoció con la enfermedad, por lo que los hallazgos anteriores son similares a los del presente estudio.
De acuerdo con lo que se ha venido analizando, la
mejor prevención de los accidentes cerebrales se logra con el adecuado control
de la hipertensión arterial, de la diabetes mellitus,
así como de factores de riesgo como el tabaquismo, la dieta inadecuada, entre
otros, de ahí la importancia de normalizar los valores de colesterol en sangre
mediante el control de la dieta y de la práctica de ejercicios físicos.(14)
Arch et al(15)
observaron en su estudio afectaciones de las funciones motoras, sensitivas,
mental, perceptiva y del lenguaje, aunque las manifestaciones neurológicas de
estas alteraciones pueden variar en relación con la localización y la extensión
de las lesiones; resultados que concuerdan con los encontrados en esta
investigación.
El diagnóstico mediante tomografía resulta polémico
a partir de la diversidad de resultados en las diferentes series. Al respecto, se ha expresado que tiene un alto
índice de sensibilidad, pues la imagen se obtiene inmediatamente después de
producida la lesión, lo cual posibilita un diagnóstico muy confiable para
establecer el tratamiento adecuado;(16) por el contario, un gran
número de los integrantes de esta serie no presentaron indicio de lesión en las primeras 24 horas , de
manera que no deben hacerse antes de
este período y, por tanto, ante un estudio negativo con síntomas sugerentes de
la enfermedad debe realizarse una tomografía evolutiva.
Los hallazgos de la TAC en pacientes con infarto
cerebral agudo evolucionan con el tiempo. Aunque casi 60 % de las imágenes obtenidas
en las primeras horas son normales, a menudo es posible reconocer varios signos
precoces de ictus agudo con menos de 4-6 horas de ocurrido.(7)
Autores como González et al(17) plantean en su serie que al evaluar la
condición al alta médica y una vez excluidos los fallecidos, 48 % de los
pacientes se encontraban aún en condiciones de incapacidad moderada a grave.
Por su parte, otros autores(18)
destacan que actualmente fallecen en los
3 primeros meses entre 16 y 23 % de los afectados; en tanto 25 % logra una
recuperación funcional total, lo que deja 55 % de los casos con un diverso
grado de incapacidad y dependencia, evaluados al tercer mes y al año, lo que guarda cierto grado de similitud con
esta serie.
De todas las enfermedades cerebrovasculares, la
isquemia cerebral es la de mayor incidencia y prevalencia, de manera
que constituye la afección neurológica que más discapacidad e
institucionalización ocasiona, pero su alta supervivencia no está aparejada a
una recuperación total, pues hasta 90 % de quienes la padecen presentan
secuelas que incapacitan al individuo para su autonomía en
las actividades de la vida diaria, lo que genera una demanda de cuidados y un
considerable gasto sanitario y social.(19) Afortunadamente, hoy día
se cuenta con estrategias y tratamientos
que permiten a los pacientes evolucionar favorablemente, con la consiguiente
mejora de la supervivencia y la recuperación.
En sentido general se plantea que solo uno de cada 4 pacientes con enfermedad
cerebrovascular de tipo isquémica muere y esta proporción aumenta según se
incrementan los factores de riesgo.(20)
Los novedosos medios de diagnóstico como la
tomografía axial computarizada y los tratamientos más efectivos disponibles hoy
día están dirigidos a las causas subyacentes del evento inicial, por lo que
prevenir la repetición del ataque y reducir los factores de riesgo permitirá en
un futuro no muy lejano minimizar las funestas secuelas de esta enfermedad. Al
respecto, los progresos logrados en los últimos años permiten vislumbrar un
futuro promisorio en la prevención y tratamiento de quienes presentan esta
terrible enfermedad.
Se concluye que la ECV isquémica predominó en
pacientes de edades avanzadas y la hipertensión arterial fue el principal
factor de riesgo; asimismo, el déficit motor resultó ser el síntoma
predominante, con una evolución favorable mayoritariamente con secuelas. Por otra parte, la tomografía antes de las 24
horas demuestra una baja positividad y los hallazgos evolucionan con el tiempo,
aunque es posible reconocer varios signos precoces de ictus agudo en menos de
4-6 horas.
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Conflicto de Intereses
Los autores no declaran conflictos de intereses.
Contribución de los autores
Dr. Raciel Alejandro Ruiz Mariño: Coordinó, planificó y organizó la
actividad investigativa, así como también
realizó y desarrolló el diseño metodológico y aprobó la versión final
del manuscrito. Contribución: 40 %.
Dra. Martha Campos Muñoz: Analizó los datos y escribió el informe de
investigación. Contribución: 25 %.
Dra. Daniela de la Caridad Rodríguez Campos: Contribuyó con la revisión bibliográfica y con el procesamiento
estadístico. Contribución: 20 %.
Dr. Osmel Daniel Chacón Reyes: Redactó el informe final. Contribución: 15 %.
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