A pesar de que la mayoría de los entrenadores de los deportes de combate y juego con pelotas de la EIDE Provincial Lino Salabarría Pupo de Sancti Spíritus presentaba un alto grado de escolaridad y suficiente experiencia, no poseían los conocimientos necesarios sobre el uso del protector bucal en la práctica deportiva y la conducta a seguir ante la ocurrencia de una avulsión dentaria.

Tales resultados concordaron con lo obtenido por Ortega Sotolongo et al⁴ y Barzuna et al,⁷ con lo cual se evidenció la necesidad de que los entrenadores se capaciten en estos temas, a fin de prevenir los traumas dentoalveolares mediante el uso de los protectores bucales durante el entrenamiento y las competencias.

La información tiene una función esencial en la prevención de traumatismos dentoalveolares en el deporte. Los entrenadores son transmisores de información por excelencia entre los deportistas, pero si no están bien instruidos no pueden desarrollar a cabalidad esta tarea.⁶

En ese sentido, la estomatología deportiva ha logrado insertarse en la prevención de lesiones de origen traumático. Esta especialidad, con una base científica, se ocupa del estudio, la revisión, el control, la prevención y el tratamiento de las lesiones dentomaxilofaciales para un mantenimiento de la salud bucal en el deportista, así como de la divulgación e información de los nuevos conocimientos relacionados con la salud bucodental y el deporte, aplicados en el mundo de la competición deportiva, tanto en el terreno amateur como en el profesional.⁸

Sin embargo, los entrenadores deportivos no se preocupan por buscar fuentes de información para documentarse sobre el tema, a pesar de las indicaciones y alertas por parte de médicos y estomatólogos. También muestran desconocimiento sobre las características, las funciones y los tipos de protectores bucales, pero en su mayoría reconocen la importancia y la necesidad de su uso, aun cuando no lo exigen a sus deportistas.

López Vantour et al³ y Barzuna et al⁷ consideran que los entrenadores tienen una gran influencia en el comportamiento de los deportistas. En este propósito, los estomatólogos desempeñan una tarea fundamental en el asesoramiento y el desarrollo de estrategias educativas, de manera que los entrenadores posean acceso a la información y puedan transmitirla a los deportistas, como una herramienta para la prevención del trauma dentoalveolar.

En revisiones bibliográficas realizadas por Flores Alarcón⁸ y Berarducci Escalante et al⁹ se comunica que existe una alta incidencia de lesiones en los practicantes de deportes de contacto, debido principalmente al insuficiente conocimiento de los beneficios de los protectores bucales y la limitación de su uso.

Alves Antunes et al¹⁰ plantean que en la prevención de los traumatismos dentoalveolares es imprescindible un protector bucal como parte esencial del equipo de protección. De igual modo, León et al¹¹ señalan que, aun cuando los deportistas perciben que el uso de los protectores bucales es importante para prevenir lesiones, no existe mucha disposición y conciencia en cuanto a darle un buen uso de manera regular y personal. Además, cuando los comparten con sus compañeros de equipo se exponen al riesgo de trasmisión de enfermedades infecciosas.

Según la World Dental Federation,¹² resulta necesario destacar la importancia de la relación entre salud bucodental y salud general del deportista, con énfasis en el uso de los protectores bucales hechos a la medida.

Corral et al¹³ y Pérez García et al¹⁴ coinciden en que el mejor protector bucal es el que está hecho a la medida, multilaminado. Este protector actúa como un amortiguador para que la fuerza no sea transferida al cráneo, pues su función más importante es estabilizar la mandíbula y minimizar el riesgo de contusión y lesiones cerebrales. Debe tener un grosor de 4 mm y el material ideal para su confección es el acetato de vinilo-etileno. Por otra parte, los mejores protectores para los brákets son los moldeados con calor y al morder.

Por lo general el estomatólogo es quien determina el momento adecuado para cambiar el protector bucal, de modo que en niños y adolescentes se deben realizar revisiones periódicas, pues sus bocas están en crecimiento y será necesario el cambio, aunque el protector se encuentre en buen estado. Tanto los entrenadores como los deportistas deben estar atentos a cualquier rotura, desgaste o daño que incida en la integridad del protector bucal o en su adecuada adaptación a la cavidad bucal.

La participación de los entrenadores en la situación de emergencia es fundamental para brindar una adecuada atención desde el momento en que ocurre el accidente hasta la llegada a la consulta estomatológica inicial, donde es necesario un tratamiento inmediato, oportuno y apropiado de la lesión.^13,14) Consecuentemente, la educación en salud bucodental es fundamental en el contexto deportivo.

Conforme lo referido por Jordán Mariño et al,⁵ el tratamiento relacionado con un diente desprendido se inicia desde el momento del accidente. La mejor recomendación en esos casos es la de reimplantar el diente de inmediato en su alvéolo evitando tocar la raíz, y luego buscar la asistencia estomatológica. Si el diente está algo sucio, se recomienda lavarlo con suero fisiológico durante 10 segundos y a continuación colocarlo en el alvéolo y mantenerlo en su posición haciendo morder suavemente un pañuelo.

Si el entrenador o el deportista no quieren o no pueden seguir estas instrucciones, se le aconseja colocar el diente en un medio de almacenamiento adecuado, por ejemplo, un vaso con leche o solución salina; como última opción, puede transportarse el diente en la boca, manteniéndolo en el vestíbulo o debajo de la lengua.⁵

Desafortunadamente, las lesiones por trauma dentoalveolar suceden con frecuencia y pocas veces, especialmente en el caso de la avulsión, se realiza un procedimiento de emergencia adecuado en el lugar del accidente, lo que trae como consecuencia complicaciones graves, irreversibles, costosas, que se prolongan casi para el resto de la vida del deportista y provocan la pérdida de los dientes, lo que lleva a trastornos sociales, estéticos y psicológicos.⁵

En este estudio se demostró la necesidad de capacitar a los entrenadores deportivos en salud bucodental vinculada a la práctica deportiva, lo que coincidió con las investigaciones realizadas por López Vantour et al,³ Ortega Sotolongo et al⁴ y Barzuna et al.⁷ La prevención del trauma dentoalveolar, los procedimientos de emergencia ante una avulsión dentaria y el uso de protectores bucales son temas que deben incentivarse en los entrenadores para su mejor formación como profesionales del deporte y para que asuman la responsabilidad que les corresponde en la difusión de información adecuada a los deportistas.

Igualmente, pudo evidenciarse que los entrenadores poseían insuficientes conocimientos sobre los beneficios de los protectores bucales, pues no fueron instruidos en el tema durante su formación académica. Por consiguiente, resulta necesario promocionar e incentivar el uso del protector bucal en los deportistas, a fin de prevenir y/o disminuir las secuelas de lesiones traumáticas, como las que se producen en el área bucal, que pueden generar posibles complicaciones bucodentales, y con ello se afectaría el entrenamiento y la participación en competencias deportivas.

El estomatólogo desempeña un importante papel en la orientación hacia el uso apropiado de los protectores bucales, pues con estos se previenen lesiones traumáticas y se garantiza una salud óptima en los deportistas, tal como refieren León et al.¹¹ No obstante, la prevención de la avulsión dental debe abordarse en campañas educativas enfocadas a personas comunes, sin conocimientos de estomatología, para así lograr cambios de actitudes que permitan llegar a resultados y tratamientos exitosos.

Los autores de esta serie coincidieron con Romero Pérez et al,¹⁵ quienes plantean que, a partir de la identificación de los conocimientos en entrenadores deportivos, se pueden diseñar e implementar acciones educativas para dar a conocer cuál es el mejor tratamiento de emergencia si se presentara una avulsión de dientes permanentes, pues así se evitaría la pérdida prematura de estos.

Por tanto, urge desarrollar la estomatología deportiva y la toma de conciencia en cuanto al uso de los protectores bucales; de esta forma mejorará el rendimiento deportivo y se evitarán los traumatismos dentoalveolares en sus practicantes.

Los autores reconocen que este estudio presenta limitaciones metodológicas, por lo que recomiendan complementarlo con técnicas cualitativas para la recogida de datos que ayudarían a profundizar en los distintos aspectos analizados.

Para concluir, el nivel de información sobre protectores bucales y avulsión dentaria en los entrenadores de los deportes de combate y juego con pelotas de la EIDE Provincial Lino Salabarría Pupo de Sancti Spíritus fue deficiente, lo que confirma que es necesaria la instrucción en ese tema. Al respecto, los estomatólogos son los llamados a realizar campañas para educar e influir en el uso de los protectores bucales, así como en el correcto tratamiento de urgencia relacionado con un trauma dentoalveolar.