En el artículo “Enfermedades otorrinolaringológicas padecidas por José Mart픹 aparece un acápite titulado ‘Síntesis de las enfermedades que padeció Martí’, donde se asevera: “Fue diagnosticado por el Dr. Alonso Herrera Franyutti con sarcoidosis a los 23 años […]”. Esta afirmación, en la que no se declara la fuente, es un error, pues Alfonso -y no Alonso- Herrera Franyutti fue un médico mexicano que nació en el Puerto de Veracruz en 1930;² es decir, 35 años después de la caída en combate del Apóstol, por lo que no pudo haberlo asistido.

Resulta oportuno destacar que este galeno azteca fue un acucioso investigador de la vida y obra de Martí, lo cual le atribuyó reconocimiento en Cuba y varios galardones, como la Orden de la Solidaridad, otorgada por el Consejo de Estado en 1993; la Distinción por la Cultura Nacional, conferida por el Ministerio de Cultura en 1995; la Distinción Pensar es servir, concedida por el Centro de Estudios Martianos en julio de 2007,² y, a propuesta del Gobierno cubano, el 28 de enero de 2016, durante la Conferencia «Con todos y para el bien de todos», organizada por la Oficina del Programa Martiano, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura le entregó el Premio Internacional José Martí. Poco tiempo después, el 18 de marzo de 2018, falleció en la Ciudad de México.³ El autor del presente trabajo mantuvo intercambio epistolar con Herrera Franyutti y fue su amigo personal hasta su fallecimiento.

El destacado galeno fue el primero que, basado en sus investigaciones, planteó la posibilidad de que Martí hubiera padecido de sarcoidosis; aseveración que aparece en su libro Martí en México. Recuerdos de una época, publicado en 1969 por el Sello Bermejo y que tuvo otras dos ediciones: la segunda, en 1996, con prólogo de Pedro Pablo Rodríguez, también de la Colección Sello Bermejo y con el auspicio del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y la tercera, en 2007, por Ediciones Mesa Directiva, Seno de la República, LX Legislatura. Este diagnóstico de sarcoidosis ha sido ratificado con otros argumentos por el autor del actual artículo, en su libro Enfermedades de José Martí.⁴

Otro de los deslices se encuentra en el siguiente planteamiento: “[…] úlceras operadas en varias ocasiones por el roce de los grilletes en las regiones inguinales, son algunas de las enfermedades de las que hablan diferentes estudios”.¹ Sería interesante conocer cuáles son los estudios que plantean estas operaciones de las úlceras, pues en las investigaciones efectuadas hasta hoy día no se han hallado dichas evidencias. Sí se ha demostrado que fue operado cuatro veces a causa de un tumor testicular de tipo sarcocele.⁴

La referencia bibliográfica que señalan los autores del artículo de marras¹ como número 9, «Médicos en la vida de Martí», no corresponde a Alonso P.; en realidad, es de la autoría de César Rodríguez Expósito, historiador de Salubridad, quien se desempeñaba como secretario de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina al momento de ser publicado el texto en 1955.⁵ El volumen correspondiente al número 8 de los Cuadernos de Historia Sanitaria (75 páginas) salió con prólogo del Dr. Armando J. Coro, ministro de Salubridad y Asistencia Social, y con palabras preliminares de Gonzalo de Quesada y Miranda. En el año 2015, celebrando el 162 aniversario del natalicio del Apóstol, el cuaderno se ofreció, por primera vez, en formato digital.

Como afirman los autores,¹ fueron varios los galenos que atendieron a Martí (cuadro). En la última edición de Enfermedades de José Martí se compilaron los nombres de 24 médicos y estomatólogos y de un estudiante de Medicina (Ramón Salcedo aún era alumno cuando lo asistió).

Cuadro Relación de médicos y estomatólogos que atendieron a José Martí.

En lo concerniente a las enfermedades otorrinolaringológicas del Héroe Nacional cubano, en una carta a Serafín Sánchez le dice: “Estoy sin voz y sin médula […] vuelvo a la cama y no podré bajar. Sólo de noche por el deber de la clase”.⁶ Otras veces vuelve sobre la disfonía: “En cama la semana, sin voz y en un temblor”, “[…] sin fuerza ni voz”, “Sin voz”, “Aquí quedo ronco […]”,⁶ “[…] con la voz rota.”⁷ Y así lo describe Carlos Márquez Sterling: “[…] se había quedado completamente afónico”.⁸

El Dr. Eligio María Palma Fúster, el 26 de diciembre de 1891, en Cayo Hueso, le diagnosticó broncolaringitis aguda.⁴ De este galeno, Martí diría que era “el médico del aliento y del cariño”.⁹ Palma se vio obligado a exigirle el mayor reposo y le prohibió recibir toda visita. Recién llegado a Cayo Hueso, las propias palabras del Apóstol fueron las siguientes: “Desde Jacksonville vengo enfermo, más ya he tomado la medicina”.¹⁰