Mortalidad infantil en la provincia de Santiago de Cuba durante el período 2008-2022
RESUMEN
Introducción:

La tasa de mortalidad infantil es un indicador importante y sensible del bienestar y la calidad de vida de una población, muy usado para medir su estado de salud.

Objetivo:

Caracterizar la mortalidad infantil según semestres en la provincia de Santiago de Cuba durante 2008-2022.

Métodos:

Se realizó un estudio observacional descriptico y transversal sobre la mortalidad infantil en la provincia de Santiago de Cuba durante los años 2008-2022. Para ello se analizó la relación existente entre los semestres de cada año respecto a los nacimientos, las defunciones y su incidencia en la tasa del país.

Resultados:

Se observó una disminución de los nacimientos y un incremento de las defunciones en cada quinquenio estudiado respecto al anterior. El número de fallecidos menores de un año fluctuó, con una tendencia al aumento a partir del 2019; asimismo, los indicadores de mortalidad infantil fueron inestables, con propensión al incremento, sobre todo en el segundo semestre, y peores resultados en el 2021 y 2022. Existió un descenso mantenido de los nacimientos a partir del 2011, que alcanzó 25,6 % en el 2022. Respecto a los semestres, en el segundo hubo mayor número de nacimientos, defunciones y tasas.

Conclusiones:

La provincia de Santiago de Cuba influye de forma directa en los resultados de la mortalidad infantil nacional, con una tasa superior a la exhibida por el país. El segundo semestre es el período en el que se incrementan los nacimientos y las defunciones, lo que incide en la elevación de las tasas respectivas.

ABSTRACT
Introduction:

The infant mortality rate is an important and sensitive indicator of the well-being and life quality of a population, very used to measure the health state.

Objective:

To characterize the infant mortality in Santiago de Cuba province during the period 2008-2022.

Methods:

An observational descriptive and cross-sectional study about the infant mortality was carried out in Santiago de Cuba during the years 2008-2022. The existent relationship among the semesters of every year regarding births, deaths and their incidence in the country rate was analyzed.

Results:

A decrease of births and an increment of deaths were observed in each five year period studied regarding the previous one. The number of deceased children under one year fluctuated, with a tendency to the increase starting from 2019; also, the indicators of infant mortality were unstable, with tendency to the increment, mainly in the second semester, and worse results in 2021 and 2022. There was a maintained decrease of births since 2011 that reached 25.6% in 2022. In relation to semesters, in the second one there was a higher number of births, deaths and rates.

Conclusions:

Santiago de Cuba province influences in a direct way on the results of national infant mortality, with a superior rate to the one exhibited by the country. The second semester is the period in which births and deaths are increased, what impacts in the elevation of the respective rates.

Palabras clave:
    • tasa de mortalidad infantil;
    • mortalidad infantil;
    • tasa de natalidad;
    • Cuba.
Keywords:
    • infant mortality rate;
    • infant mortality;
    • birth rate;
    • Cuba.

Introducción

La mortalidad es un fenómeno demográfico muy analizado en la literatura contemporánea relacionada con los estudios de población. Este marcado interés está ligado a la concepción de la vida como el bien más preciado; de ahí el consecuente esfuerzo de todos por tratar de postergar la muerte y disminuir al máximo su incidencia individual y social.

Básicamente, las muertes en menores de un año pueden prevenirse. La tasa de mortalidad infantil es un importante indicador del bienestar y la calidad de vida, muy usado para medir el estado de salud de la población, puesto que contribuye a relacionarse con diferentes aspectos sociales, culturales y económicos.1,2 Es un elemento esencial para supervisar el respeto al derecho a la salud en algunos países. En este sentido, dicha tasa refleja una dimensión mayor y recoge datos de los problemas que causan la muerte de miles de niños (diarrea, malnutrición e infecciones respiratorias, entre otras enfermedades). Aunado a ello, se puede conocer el nivel de salud de las madres, las condiciones de sanidad e higiene y la política de planificación familiar que existe en la región.

Se estima que en 2019 murieron 5,2 millones de niños menores de 5 años, en su mayoría por causas evitables y tratables, de los cuales 1,5 millones tenían entre 1 a 11 meses, 1,3 millones entre 1 a 4 años y 2,4 millones eran recién nacidos.1

Hoy día, la protección a la infancia es un tema muy debatido en el contexto internacional debido a la influencia de las desigualdades sociales sobre el bienestar de los niños y sus familias. Organismos internacionales reconocen graves problemas que inciden en el adecuado desarrollo de los infantes y en sus probabilidades de sobrevivencia, tales como el desigual acceso a la educación, a la salud y al agua potable, así como las condiciones de las viviendas y el medioambiente en el que se desenvuelven, entre otros.3

Antes del triunfo de la Revolución, la tasa de mortalidad infantil en Cuba era de 70 por cada 1000 nacidos vivos, en estrecha relación con la situación económico-social imperante. Luego, en los años 70, descendió a 38,7; en los 80, a 19,6; al concluir los 90, a 6,5 y en el 2015, a 4,3.4

Según los informes, las probabilidades de supervivencia de los niños continúan siendo muy diferentes en determinadas regiones, por ejemplo, África Subsahariana y Asia Meridional presentan las cifras más elevadas de mortalidad. Si bien en África Subsahariana solo se concentró 29 % de los nacidos vivos del mundo, en el 2021 se registró 56 % de todas las muertes de menores de 5 años y en Asia Meridional, 26 % del total. Los niños nacidos en África Subsahariana están expuestos al mayor riesgo de mortalidad infantil del mundo, 15 veces superior a la de Europa y América del Norte.

Asimismo, la tasa de mortalidad infantil en esa región es de 72 por cada 1000 nacidos vivos. Por tanto, con la tasa de disminución anual vigente de 3,1 %, se espera que para el 2030 fallezcan 54 niños por cada 1000 nacidos vivos, muy por encima del objetivo de reducción propuesto, que es menos de 25.5,6,7

Considerando el incremento de la mortalidad infantil, así como el elevado número de fallecidos en el segundo semestre de cada año, se decidió realizar esta investigación con vistas a caracterizar la mortalidad infantil en la provincia de Santiago de Cuba en el período 2008-2022.

Métodos

Se realizó un estudio observacional descriptico y transversal de los 1078 fallecidos menores de un año en la provincia de Santiago de Cuba en el período 2008-2022, con vistas a caracterizar la mortalidad infantil en dicho período, para lo cual se analizó la relación existente entre los semestres de cada año respecto a los nacimientos, las defunciones y su incidencia en la tasa de mortalidad infantil del país.

Los datos fueron extraídos de la información anual recogida en los registros estadísticos que avalan la información del Programa Materno Infantil (PAMI), así como de la serie histórica creada al respecto, que constan en los archivos del Departamento de Estadística de la Dirección Provincial de Salud y en los anuarios estadísticos de los años estudiados.

Las principales variables utilizadas fueron los nacimientos y las defunciones de menores de un año. Se calculó la tasa de mortalidad infantil en cada año estudiado, así como los porcentajes.

Resultados

En la tabla 1 se observa que en el último quinquenio disminuyeron los nacimientos e incrementaron las defunciones respecto al anterior; mientras que la cifra de ambos indicadores fue mayor en el segundo semestre, lo que influyó negativamente al cierre del año.

Mortalidad infantil según quinquenios y semestres

De forma general (fig. 1), en la provincia Santiago de Cuba se ha mantenido la tendencia a la disminución de los nacimientos, con un descenso mantenido a partir del 2011, hasta alcanzar 25,6 % en el 2022. La mayoría de estos ocurrieron en el segundo semestre.

Nacimientos según semestre

Igualmente, el número de defunciones de menores de un año (fig. 2) se ha mantenido inestable, con tendencia al incremento a partir del 2019. Los peores resultados fueron en el período 2021-2022 y existieron picos en los años 2009, 2011 y 2013. Siempre se mantuvo el predominio del segundo semestre, excepto en el 2022.

Defunciones de menores de un año según semestre

Como se aprecia en la figura 3, la mortalidad infantil se mantuvo inestable con tendencia al incremento, fundamentalmente a partir del 2019, con aumento del número de fallecidos y decrecimiento de la natalidad. Los años 2021 y 2022 presentaron los resultados más desfavorables, en correspondencia con lo ocurrido en el segundo semestre de estos años, lo que influyó en la cifra anual; solo no ocurrió así en los períodos 2008-2009 y 2016- 2022.

Tasa de mortalidad infantil según semestre

Al comparar la tasa de mortalidad infantil en los últimos 9 años (tabla 2), se observó un incremento en la provincia a partir del 2020, con cifras que ascendieron de 1,3 en ese año a 2,4 en el 2022, lo que incidió directamente en la tasa del país.

Tasa de mortalidad infantil en los últimos 9 años según semestre

Discusión

La tasa de mortalidad infantil abarca el efecto de las condiciones económicas, sociales y culturales, así como la eficiencia de los servicios curativos y preventivos. Es un verdadero indicador del grado de desarrollo de una comunidad en su totalidad y es espejo de su civilización.

Según refieren Rondón y Montero,8 en su estudio sobre la evolución de la tasa de mortalidad infantil en los últimos 32 años, el mantenimiento cíclico de esta se debe al efecto de la organización y sostenibilidad de los servicios y sistemas de salud, donde la prioridad de las acciones está en dependencia de los resultados, no de los beneficios.

Desde inicios del 2018, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) puso en práctica un plan de medidas para mantener y mejorar los indicadores de mortalidad infantil, que incluyen 8 componentes, a saber: perfeccionamiento de los sistemas de dirección y el control al programa en las provincias con mayores problemas; fortalecimiento del trabajo de los directivos que intervienen en la conducción del PAMI; establecimiento de un plan de superación con vistas a mejorar las competencias profesionales; desarrollo de investigaciones; aseguramiento de los recursos necesarios; implementación de una estrategia de promoción de salud encaminada a modificar hábitos, costumbres y elevar la autorresponsabilidad de la población en el cuidado de la salud materno-infantil y ejecución de acciones específicas para reducir las principales causas de muerte en esta población.9

En términos de condiciones de vida, el índice de desarrollo integral constituye un indicador útil y sencillo para la clasificación de territorios. Así, las provincias de La Habana, Artemisa, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camagüey y el municipio especial Isla de la Juventud clasifican entre las consideradas con condiciones de vida favorables, las orientales, desfavorables y el resto, medianamente favorables.10

Según el Anuario estadístico de salud, la media de la tasa de mortalidad infantil en los 15 años estudiados es de 4,3 por 1000 nacidos vivos y el promedio de 4,8 por 1000 nacidos vivos. En la provincia de Santiago de Cuba, la media es inferior a la del país (4,2) y el promedio muy superior (5,56).11,12

De acuerdo con lo anterior, al observar las figuras expuestas previamente, se puede afirmar que tanto en el país como en la provincia de Santiago de Cuba la tendencia es al incremento. En ambos predominaron los fallecidos en el segundo semestre, mientras que en el país, en los períodos 2014-2022 y 2021-2022 el número de decesos fue mayor.

Por otra parte, en el período 2014-2022, el número de niños fallecidos registrados al país osciló entre 9,5 y 15,1 %, con mayor incidencia entre 2020-2022, con cifras de 13,6; 14,1 y 15,1 %, respectivamente, lo que ubicó a esta provincia en el segundo lugar, solo superada por La Habana.11,12

A pesar de los esfuerzos del personal sanitario, el PAMI no alcanzó los resultados deseados al cierre del 2022. Al respecto, según los registros médicos y estadísticas del MINSAP, en la nación se notificaron 95 403 nacidos vivos, 3553 menos que el año anterior, para una tasa de mortalidad infantil de 7,5 por 1000 nacidos vivos, con 39 fallecidos menos que en 2021, para 7,6 por 1000 nacidos vivos.11

Los territorios con mejores tasas por cada 1000 nacidos vivos en el período fueron Cienfuegos (4,3), Holguín (4,5), Sancti Spíritus (4,7), Matanzas (5,0), Artemisa (5,4), Pinar del Río (5,9) y el municipio especial Isla de la Juventud (2,6). El resto de las provincias tuvieron números superiores: Ciego de Ávila (6,2), Granma (6,6), Las Tunas (7,0), Villa Clara (7,3), Camagüey (9,1), La Habana (9,5), Guantánamo (9,7), Santiago de Cuba (9,9) y Mayabeque (12,2).11

En Cuba, la tasa de mortalidad infantil ha manteniendo una tendencia al incremento, con superioridad en 2021 y 2022;10 asimismo, es el segundo semestre donde se registran más defunciones, con primacía en el período 2014-2021, solo superado por el primer semestre de los años 2014, 2016 y 2017.

De acuerdo con lo que se ha venido analizando, es necesario seguir realizando esfuerzos para superar la exclusión, la inequidad y los obstáculos para el acceso y la utilización temprana de los servicios de salud integrales; igualmente, se impone adoptar medidas intersectoriales para influir en las políticas, los planes, la legislación y los reglamentos que analizan los determinantes sociales de la salud, así como en la acción conjunta en este sentido, más allá del sector de la salud.13

Resulta oportuno señalar el ascenso de la tasa de mortalidad infantil en el país entre 2020-2022, donde influyó el índice superior a 2,4 alcanzado en el 2022 por la provincia de Santiago de Cuba.

Luego de casi 2 años de enfrentamiento a la pandemia de la covid-19, en el 2022 el Sistema Nacional de Salud trabajó arduamente para mantener el control de esta, a fin de reiniciar las actividades sanitarias y mejorar los indicadores de programas priorizados como el de atención materno-infantil y, con ello, garantizar el bienestar de niños, gestantes y puérperas. Según refirió la Jefa Nacional del PAMI, entre las acciones adoptadas sobresalieron la implementación de medidas para perfeccionar el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia y la elaboración del plan de desarrollo de las especialidades de obstetricia y ginecología, neonatología, pediatría, terapia intensiva pediátrica, cirugía pediátrica y medicina general integral.14

Al igual que en la provincia de Santiago de Cuba, la tasa de mortalidad infantil en el Policlínico Universitario Hermanos Martínez Tamayo de Baracoa evidenció una tendencia ascendente entre 2017-2021, donde los componentes predominantes fueron el neonatal precoz y el neonatal tardío.15

Para concluir, en los últimos años en la provincia de Santiago de Cuba ha disminuido el número de nacimientos y se ha incrementado el de defunciones. Los resultados más desfavorables han sido a partir del 2020 por la tendencia al incremento, principalmente en el segundo semestre, lo cual influyó de forma directa en la mortalidad del país, con incidencia en el número de nacimientos, fallecidos y tasa; esta última superior a la del país.

Referencias bibliográficas
Historial:
  • » Recibido: 11/10/2023
  • » Aceptado: 09/01/2024
  • » Publicado : 29/02/2024




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